lunes, 22 de diciembre de 2008

ENCUESTA LITERARIA 2008 DE LA AGENDA PERUANA DE LITERATURA

Amórfor de Salomón Valderrama y Airado verbo de Juan José Soto, los dos primeros títulos de Sol negro editores, fueron incluidos en la categoría "Mejor poemario de 2008"

Gracias a la Agenda Peruana de Literatura los lectores tenemos una encuesta global sobre los libros del año. Dicha encuesta se realizará desde el 21 de diciembre hasta el 10 de enero, y está dividida por categorías:

1-Mejor novela de 2008
2-Mejor cuentario de 2008
3-Mejor poemario de 2008
4-Mejor antología narrativa de 2008
5-Mejor antología poética de 2008
6-Mejor libro de crónicas de 2008
7-Mejor reedición narrativa de 2008
8-Mejor reedición poética de 2008
9-Mejor libro de ensayo/crítica literaria de 2008
10-Mejor libro de ensayo (Teatro) de 2008
11-Mejor revista literaria de 2008

VOTE AQUI:
http://www.encuestaliteraria2008.blogspot.com/

miércoles, 10 de diciembre de 2008

A PESAR DE TANTA CULTURA EL HOMBRE SIGUE SIENDO UN ANIMAL SALVAJE Y HERMOSO: ENTREVISTA A SALOMÓN VALDERRAMA POR PAUL GUILLÉN

1.- Se han escrito varias reseñas sobre tu poemario. Víctor Coral en la presentación en el Teatro de Cámara hizo un trabajo crítico de comentario sobre las reseñas de Amórfor. Uno de los puntos centrales que se desgaja de las reseñas es la relación problemática entre el neobarroco y la vanguardia, cito de Néstor Perlongher: “[en la vanguardia] cualquier juego vale, y no se trata de eso, sino de evitarlo. Haroldo de Campos habla de transvanguardia —o de postutopía— y lo sería. Que se afirmara un discurso diverso heterogéneo y, en eso, ya te diferenciás de las vanguardias que tenían ciertas recetas, ciertos manifiestos, y en esa heterogeneidad aparecen”. ¿Qué piensas al respecto?

A raíz de que me atreví a agrupar estos poemas en Amórfor después de haber probado su fuerza y posibilidades unitarias con lecturas como la tuya o publicaciones en revistas de personas que no conozco y seguramente no lo haré, sino por la poesía, éllos (los poemas) me desbordaron más allá de mis miedos. Desde el principio hice mis poemas entendiendo que parte de mi vida se iba con éllos y que su cohesión o forma cerrada me otorgaba el respiro que necesitaba en ese momento ya que únicamente en la concentración que fijé en éllos evité otras acciones menos artísticas. Y, sí, mis poemas tienen un discurso heterogéneo pero milimetrado. Ya que he entendido algunos secretos (y seguramente otros otra cosa verán) para poder canalizar su unidad. Concuerdo con Haroldo de Campos cuando habla de la transcreación ya que un poema no es sino reflejo de otro poema, pero a su vez distante, ya que la persona viva, que la traduce, se invoca desde otras formas y elementos del lenguaje. Un nuevo poema es la posibilidad de una pequeñísima porción del universo. La vanguardia no es más que el enfrentamiento natural entre dos núcleos: el que está establecido y ya en retahíla y el que llega con todo su manantial de peligros. Víctor Coral, siempre cerebral, amigo sensible y oscuro, dice muy bien cuando divorcia la rapidez de la lectura y la precisión crítica: ya que todo lo barroco en mi experiencia exceptuando Trilce y sus ricos atisbos (Martín Adán cose esto en De lo barroco en el Perú) fue posterior a Amórfor; y me refiero a la experiencia profunda. Respecto al juego, y no a cualquier juego: el poeta sabe que ese tipo de poemas puede ser más hermético y doloroso que los otros; por ejemplo el que se le dedica a un hijo.

2.- Carlos García Miranda afirmó en la presentación del Yacana que él no veía la filiación neobarroca de Amórfor, más bien lo ligaba con experimentos dadaístas y decía que en tu libro el sentido no existía y que solamente se trabajaba el plano del sonido. ¿Consideras acertada esta apreciación?

No. Pero me agradó mucho su aproximación de lo que podía ser lo neobarroso: esta figura deformada o formada según se aprecie las formas y lo posible en lo amorfo, que estaba hecha de la unión por el anca de un caballo y un bisonte, y que provocaba repulsión. Por cierto, que esta nueva forma se nutre de lo político ya que podemos ver en el contexto continental al caballo como a Europa que llegó a invadir América porque pasaba una etapa de hambruna violenta y al bisonte como América, riquísima y en crecimiento raudo, y sin embargo invadida. Esta recreación hace que de alguna manera se evidencie la nueva riqueza producida por el conflicto vivo entre tantas culturas que chocan y a veces explosionan. Creo que hasta ahora no se entiende muy bien lo que es el dadaísmo y el surrealismo (del que renegó Vallejo). Estos movimientos y experimentos también tienen un sentido definido por el artista. Creo que existe una ociosidad mental enviciada en el Perú y a todo nivel. Los artistas que levantaron tales obras fueron mucho más drásticos y previsores que otros que participaron de movimientos, en la pereza, más definidos. Como arquetipo está Salvador Dalí. Y, claro, el sonido es capital en Amórfor. Por eso tú aciertas al decir: “despliegue de un español andino con diversas sonoridades léxicas, semánticas y políticas que nos remiten tanto a una resistencia ideológica como simbólica: Pistelencia labios miseria desnuda / Jaspe requisas padres envinción / Gintil camino beriló luna…. En ese sentido, entendemos [Amórfor] (…) como una forma de preguntarse por las identidad(es) nacional(es) y supranacionales.”

3.- La crítica coincide en situar a tu poesía en la confluencia de dos líneas que provienen de Vallejo y de Martín Adán. Más allá de las textualidades creo que la referencia viene más bien por cierta aproximación a lo “andino”, en una conversación anterior me mencionabas tu predilección por Alejandro Peralta, Gamaliel Churata, José Maria Arguedas, Guillermo Mercado, etc: una línea particular “andina” dentro de la poesía peruana contemporánea. ¿Cómo sitúas tu poética dentro de estas múltiples y variables tradiciones?

Sí, es sospechoso. Digo: la poesía que trabaja con el lenguaje como eje generador de matrices (los poemas) corre el riesgo, y no es poco, con Vallejo y Adán, de ser encasillado en algún ángulo de algo ya definido. Cuando el arte lo que siempre busca y hace es lo contrario. Por la costumbre de la territorialidad es común que a uno lo encasillen de chiliano, patacino, liberteño, peruano, americano, del planeta Tierra y demás. El hombre de hoy entiende que todo el espectro que hierve en sus ojos rebasa esta capacidad circunscrita y limitada en lo nacional. Pero, sí, soy un poeta andino que en este amanecer lee con voracidad y afecto natural El pez de oro, Andes y El Kollao, Tremos, y toda la poesía de José María Arguedas: esto por ser éllos autores universales que bebieron férreamente de lo occidental; no de difusión, o sí, sino por ser riqueza viva y en apogeo. Esto último debe ser aprovechado al máximo. Además, uno de los más ilustres pensadores que haya tenido el Perú, José Carlos Mariátegui, escribió en su Advertencia a los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana: “He hecho en Europa mi mejor aprendizaje. Y creo que no hay salvación para Indo-América sin la ciencia y el pensamiento europeos u occidentales.” Qué mayor verdad cabe en alguien que estudió la poesía peruana y proyectó su balance poderoso hacia el futuro. Hoy sabemos que la poesía peruana es una de las más ricas del globo.

4.- Uno de los aspectos que particularmente me llamó más la atención en tu libro es el despliegue de un español andino en el último texto del libro “Viti… Viti: Vida es su juego”, este texto, sino me equivoco fue de los últimos que incorporaste al poemario y sitúa su recorrido a partir de una sentencia de Guamán Poma: “los indios no multiplican, se van acabando y no hay remedio”, tú propones a continuación “Su espacio…Retorno será”, es una clara apuesta por una suerte de inkarrí. ¿Podrías explicarnos las concepciones que te llevaron a cerrar el libro de esa manera?

Lo que pasa es que Guamán Poma escribió repetidas veces a lo largo de su Nueva corónica y buen gobierno esto porque se vivía una aguda crisis y él como heredero y testigo veía como el mundo andino se desmoronaba por la muerte masiva de los indígenas causada por enfermedades traídas por los españoles, la mala administración de estos a raíz de que los indígenas no eran considerados personas (o se debatía esto) y la extrañísima cultura que se oponía naturalmente por no entender (o no entenderse mutuamente) lo que había en su quehacer puro de magia, mito o brujería; lo que provocaba temor o desprecio. Centauros brillantes que parecían devorar sin límite el oro y la plata (el sol y la luna) u hombres que eran niños por no acumular monedas y joyas y que practicaban la herejía: simples adoradores de fuerzas naturales y misteriosas. Amórfor se nutre de esta problemática, desgraciadamente, aún vigente aunque ya en rezago. Pero es contraria a la sentencia de Guamán Poma, ya que estamos vivos, nosotros, los descendientes, los mestizos ricos por la gran cultura formada en sincretismo provocada por la resistencia de Manco Inca, Juan Santos Atahuallpa, Túpac Amaru II y otros héroes que impidieron el exterminio, hasta La guerra silenciosa de la que escribió Manuel Scorza, y que focalizó una nueva cultura más rica. Tenemos que leer Buscando un inca. Identidad y utopía en los Andes de Alberto Flores Galindo (para estos tiempos) y La utopía arcaica: José María Arguedas y las ficciones del indigenismo de Mario Vargas Llosa (para recordar el pasado). Amórfor utiliza el español peruano y se salpica profusamente de los mitos andinos y aunque no busca una cabeza (Inkarrí), sí se arma de muchas occidentales como el soneto y la espinela y luego, nunca abandona el yaraví de Melgar. Lo mestizo, desordenado y patético del Perú hacen de él, pueblo individualísimo y extraño a España, a Europa y al mundo. Perú, hijo de lo imposible (separado de Bolivia y Ecuador). Y cierro así (“Lo animal miaru… / Lo animal bebo…”) porque el nuevo hombre peruano es indígena, español, mestizo, cholo, y totalmente diverso y como tal del mundo. El mundo donde lo mestizo reina. Y a pesar de tanta cultura el hombre sigue siendo un animal salvaje y hermoso.

5.- En un último recital que diste en un colegio del cono norte de Lima. Explicaste uno de tus poemas en referencia a que eres producto de una familia de campesinos y has vivido tu infancia en la sierra norteña, decías en esa oportunidad a partir del poema “Paloma enlatada” que muchas violaciones y atrocidades ocurren en la sierra. Pregunto esto a raíz que anteriormente conceptué tus poemas como “pedófilos”, y Maurizio Medo más bien los calificó de “prístinos”. En este poema aludido el locutor personaje narra la violación de una “mestiza”, pero la actitud del poeta no es solamente de rechazo: “la paloma de mejor belleza helada Perder”, sino también de deseo sexual: “en celo Llorarte en única mujer para mi consuelo”. ¿Cómo están planteadas las figuras de la mujer y el sexo en Amórfor?

Esta pregunta tiene que ver con el origen del título del libro, y aunque no pienso explicar qué significa Amórfor, sí diré, que ninguno de nosotros ha cambiado de manera natural, sino que uno es afectado por fuerzas externas mayores o menores que se quedan atrapadas en nuestro ser. Todo es forzoso en la grande ruta hacia la vida: el nacer y el florecer cuestan muchísimo. La pobreza cultural es inaceptable (los niños deben nutrirse a toda hora). El cariño y la delicadeza también están presentes y es cuando surge la calidad humana. La mujer y el sexo en Amórfor son lo mismo, porque lo que se quiere, y a pesar de todo, es la compañía, se rehuye de la gran soledad, y a pesar de eso los poetas la aman, pero por un misterioso y recóndito amor guardado que no siguió nuestras fantasmagorías. Amórfor habla del choque de los amores perdidos por opuestos en camino a la destrucción del mundo, pero sabe que todas las formas nuevas han surgido de una explosión y ligazón inaceptable. Tal vez a lo que se refiera Maurizio Medo, y en esto creo que coincide con Víctor Coral, es que Amórfor toma de la trascendencia del espíritu más que de la lectura y se muestra evidente en sus deseos y sentires y tamaño de cercanía en sus atrocidades, cuya potencia está conectada al ser humano a flor de piel porque todos podemos ser conquistadores, asesinos o héroes. Amórfor puede ser el fruto concebido de una violación y que ya nació y que es querido (o debe ser como propone David Abanto) por ser, o de, vida y nada más.

6.- Con Amórfor ocurre lo mismo que ocurre cuando uno lee a poetas de difícil lectura, pienso en Vallejo, Mallarmé, Lezama, todos estos poetas ganan mucho en las sucesivas lecturas o como afirma el título de un libro del poeta uruguayo Eduardo Espina “Lee un poco más despacio”. La “dificultad” en la lectura viene por el desconocimiento del sistema y los códigos, por ejemplo, hay una anécdota contada por mi amigo Reynaldo Jiménez entre un escritor argentino y el poeta cubano José Kozer: “durante un almuerzo, el escritor argentino decía que la obra de José Lezama Lima le sonaba, literalmente a ‘chino’, a lo que Kozer respondió con presteza: ‘El chino es un idioma que se puede aprender’”. ¿En qué idioma está escrito Amórfor? ¿Cuáles son los códigos de este sistema poético?

Algo he dicho sobre esto en una pregunta anterior. El idioma de Amórfor es el pausado porque ha descubierto a Atlas, el que tiembla y sufre un pánico ya natural que lo obliga a veces a elevar los ojos como agua en el cielo de carne o de materia que yace tan alejada de la vida. La roca cultivada es su ave y noche que zarpa a lo glacial. En donde piensa en divisiones y colores refractados desde la unidad. Es la llama divorciada que recuerda a la aurora y que sangra su reconciliación en delta y limo dispuestos que esperan la magia de la semilla. Sangra porque resuena en olas de pasados veranos y ceguera inerte de gritos al hijo que pudo haber tenido y así evitar por fin la poesía. Volar desde una forma de cantar antiguo, pero que estirado de la lengua, y en la lengua, arrancada, hace lo que quiere y jamás lo que debe. El verso es ojo encallado. Sobre viento que arrastra pétalo de soledad que se reestructura en otra forma para escapar. Creo que lo más difícil es lograr un sello imbricado y ya natural en cada poema y esto se logra con el ejercicio de la lectura y la escritura; en ese orden inevitable. La correspondencia de leer y entender en alguna medida a José Lezama Lima llegará después de haber recorrido varios cauces y formaciones menos personales y logradas. La belleza es un gran impacto. Sí, esta es la dificultad que normalmente encuentra el lector inocente que busca sitiar tal forma elevada de río que nace y se desborda incluso más allá de los ojos y la memoria que nada ya ahogándose, atravesada, al estar en frente de este paisaje de núcleos. Lo mismo sucede con Nerval, Mallarmé, Vallejo, Adán, Varela, Ojeda, Deniz, Verástegui, Kozer, Pancorvo, Ramírez Ruiz, Morales Saravia, De Ramos, Santiváñez, Medo, Jiménez, Espinosa e Ildefonso. La poesía es riqueza porque es dadora de infinitos que se reducen a un verso o a un poema que da ese regalo grandioso y desconocido llamado perfección desde definiciones y cuerpos todavía no reconocidos al principio natural de búsqueda en el hombre y que lo hacen ser un arqueólogo del Todo y más allá; siempre alejado y loco. Mi sistema poético se reduce a permanecer temblando hasta que yo acabe el poema o el poema acabe conmigo. Y en esto la consecución de la palabra principal del verso es determinante. Parece que visito el absoluto sobre la fuente rota de mi mente. O en el hueso de alguna fruta que se forma.

7.- Creo que eres el único poeta de la poesía peruana reciente en emplear estructuras y figuras retóricas clásicas del verso tradicional medido, por ejemplo, utilizas sonetos, sonetos con estrambote, rimas, encabalgamientos, hipérbaton, paragoge, etc. ¿Cuáles son las funciones de este empleo? ¿Este manejo se da también en tus poemarios inéditos Facción de imperdido al arte, Sé escudo y La Catedral Sumergida?

Hoy es inevitable que utilice formas y figuras definidas de conteo aunque luego las deformo para seguir probando otras, para que alcancen a otros ojos y oídos que no estén oxidados, sino inquietos y libres. Que estén dispuestos a olvidar para vislumbrar otros océanos rejuvenecidos de islas y témpanos que se estrellan con barcos de selvas en acción mutua. Sin embargo, no creo que sea el único, seguro que hay alguien más por ahí, escondido, con sus peligros o poemas sobrenaturales. En realidad, a mí, lo que más me interesa es la cohesión en el poema, su sentido en navegación constante y no reprimida. Cerrado de núcleo y abierto de superficie. Para mí la poesía es todo o es nada. Es vida y es muerte; en equilibrio entre mis sesos y carnes que coquetean en el mediodía a la noche y a la muerte enamorada. Yo vivo su guerra en estado constante y tal vez por esto bebo hasta acabar vomitando porque quiero olvidar y así poder dormir reposado. Quisiera vivir solamente para pasear y recordar el canto de los pájaros flechados por el arco iris y tener la imaginación para ver otra vez la rara música del amor. Y soñar otro peligroso poema.

8.- Finalmente nos interesa que nos cuentes sobre el libro que vienes preparando “La poesía como secreto peruano”. Para quienes hemos seguido tu producción ensayística hemos podido leer textos como “Prisma de nivelación: locura y renacimiento en Gérard de Nerval”, “Retardar sueños del principio: la poesía de San Juan de la Cruz” o “Jorge Eduardo Eielson. Lo trópico como paisaje, apareado, de heces sombrías y santas”, en ese sentido, ¿podemos esperar un libro límite entre el poema y el ensayo?

Definitivamente. Ya que no conozco otra manera de ver la poesía si no a través de la poesía. Y entre élla y en su reposo seguramente se escribirá lo natural del sentido provocado por el poema. La verdad. Un gran poema nos borra una o muchas fronteras. Las que limitan nuestra mente y nos hace seres inferiores. Reducidos de motivos y sentidos místicos hacia el universo o el polvo o el humo o una lágrima en que se refracta algún río o mar; cielo o infierno. Todo es posible. En La poesía como secreto peruano se evidencia de un modo muy personal el ocultamiento y maquillaje (blanco) forzado de lo indígena, de lo negro, de lo cholo y de lo mestizo en capacidad incierta cuando es todo de antípodas. En el Perú la poesía (toda su belleza) es un secreto porque todos la esconden. La gran resistencia y oposición de lo que llamamos Perú y de todo lo que hace su riqueza y diversidad sigue dormida. Aunque en estos días ya no tanto. A pesar de que el miedo y la vergüenza persiste en los espejos de los días llegados. Esta relación de oposición es notoria en el poema Idilio muerto de César Vallejo, publicado en Los Heraldos negros (1919): "Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita / de junco y capulí; / ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita / la sangre, como flojo cognac, dentro de mí. // Dónde estarán sus manos que en actitud contrita / planchaban en las tardes blancuras por venir; / ahora, en esta lluvia que me quita / las ganas de vivir. // Qué será de su falda de franela; de sus / afanes; de su andar; / de su sabor a cañas de mayo del lugar. // Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje, / y al fin dirá temblando: «¡Qué frío hay... Jesús!». / Y llorará en las tejas un pájaro salvaje". Esto es canon y esfera. ¿Qué mejor poema puede haber en el natural enfrentamiento entre Perú y España; de andinos y criollos; de rebeldes y felipillos? La problemática social, cultural y la lengua como eje de sangre desparramada figuran la tristeza en este poema. Y es que hagan lo que hagan los occidentales los seguirán viendo como cholitos de, con, sus llamitas, sus alforjas, sus fajas, sus llanques y chuyos y que siempre están tomando y danzando todo el año al pie de unos santos malditos. No miro a España como madre tantas veces nombrada e invocada en nuestra literatura; sino como presente y angustiada hermana. Tanto en ratificación de Vallejo en España, aparta de mí este cáliz. El respeto no es del otro sino de hacerse un respeto y un pánico propio. Para que ya no duerman y vivan la guerra ubicua, tamaños, entre Francia, Inglaterra, Alemania, España y un vasto etc. Pero tenemos a Chile, a Ecuador, a Colombia y aún no sabemos nada... ya parecemos cojudos y no es posible. La muerte a hacer lo mismo. Que la poesía salvaje, pura, mestiza, híbrida y de desbordes viva.

LA LUZ ILIMITADA: AMÓRFOR de Salomón Valderrama por José Pancorvo


Este es de los libros que incitan a varias lecturas. Más aún, que envician a seguir leyéndolo.

Esto es una rara hazaña: casi cada verso es un caleidoscopio que brinda diferentes iluminaciones a cada vuelta, estableciendo rayos casi invisibles, casi visibles, entre lo cotidiano y lo trágico trascendental. Núcleo, todo de materia sin superficie. Se produce un deshielo del mundo y de la psique: en Sur que me deshiela. Pero no es cualquier derretimiento, es el ejecutado por la poesía: hielo avanza oro al jardín.

Asombra la fuerza de barroquismo imaginal-conceptual, como el de esos volcanes que surgen en el mar. Y toda esa mezcla de lava y aguas saladas, en medio de los abruptos movimientos, nos dejan un saboreo poético de sorpresas que exigen nuevas lecturas cada vez más suculentas.

Pero sobre todas las convulsiones y anfractuosidades está la Torre de la voz. Su sube a algo extremamente sutil: abstracto del cantar, como la luz. Y un misterio como divino se cierne sobre el libro. ¿Lo agarraremos?

Y ahí avanzan estos textos que unen lo del lenguaje con lo humano como humano. Ni arte vacío ni humanidad vacía. No es una mera verbalidad, es una luz para estos humanos como humanos: pequeños pero magos absolutos son. Aunque se sientan alma, corazón ciego, amarrado de utopía, atisban el tremendo enigma del supere ego.

Y nos revela a nosotros: yo soy la sombra del ilimitado.

Lima, octubre de 2008.

Amórfor (Sol Negro editores, 2008) de Salomón Valderrama (Chilia-La Libertad, 1979) por Miguel Ildefonso

Las formas del amor, las no formas de lo sublime, son búsquedas que se refractan en estos poemas para develar (“aun monja te desvisto”) lo sacro de la existencia en tiempos de desacralizada poesía. “Masturbar bellezas, pulular poesías…/ Latido, deslatido, el que me templa”, nos dice el poeta en éxtasis y erotismo en el poema Refracción que abre el libro. Con constantes acercamientos al Siglo de Oro barroco y conceptista, a la historia peruana también, el poeta se inmola en agónico eros en busca de la “oh cosa amada”. Su discurso transita “ante la no luz”, de “mirar al viajar, copular/ Lacra o impura loca de estilo”; esta poética “de boca me destilo”, nos llevará hacia un álbum albus de multireferencias. Desde Despera oh Vida…, hallamos dialogismo con algunos poetas de los grandes hallazgos: Espronceda en el epígrafe o Belli (en “cibernética”), por no citar a Góngora (“en polvo, en sombra, en nada”) o a Quevedo (polvo serán, mas polvo enamorado”), porque como se dice en Los decapitados: “El amor nos lleva colgando/ Y siempre nos parecemos/ Porque brotamos de la Nada”. Y hallamos también cuasi neologismos constantes en todo el libro: “grisente”; nuevas terminologías: “dolotor”. La búsqueda es, a su vez, de los detenimientos, de las fijaciones a nuevas nociones humanas: “Cuando nací morí primero,/ Cuando morí viví un segundo./ Primero y no un segundo viví”. El sentido agonista que percibimos no nos lleva a una culminación sino a una utopía, a una apertura, que es la del lenguaje para que nos devuelva nuestra condición de “iluminado”. Por eso el poema es “laberinto de ciego”, y la poesía “Lumen que penetra himen./Enigma del supere ego”. La lengua fornica lo amorfo, el amórfor es el producto de esa cópula: vía sonetos violados, por ejemplo. El amor entonces nos hace trascendentales, supra-conscientes: “Soñar desaparecer de amor y en todo:/ Despierto y no soñando de amor me embarazo,/ Delicado en amor de no cierto en tu regazo,/ Científico, dador… reaparecer de amor.” La poiesis o la fotosíntesis verbal, como ciclos naturales de la mano del poeta (el creador, el reproductor), transgrede las normas o las formas, para que la creatura pueda reconocerse constantemente en una nueva imagen: “Urubamba de flores en los ríos prohibidos…/ Derrumbo no visto, enigmático, conciso./ No eres mono en el que me reconozco amor”; y para que así amar sea esa nueva utopía que solo se puede intuir, dice: “Amar para vivirlo todo/ Imaginar que siempre habrá un comienzo”. Bajo este anhelo puro hay la hiper-conciencia de la impureza de la poesía, tras la “muerte” de la Vanguardias: “Nacer, no nacer parido, aparecer Cero./ Como Dios aéreo mitología embiste…/ Poeta… ser y no haber nacido… impuro.” Aun cuando se escribe ante la “belleza enlatada” en estos posmodernos años de “poesía hurtada”, aun cuando se ama “en la soledad de amar el No/ Pedir una cosa sangrante … más que el hielo”, el poeta es “en la no oscuridad la libertad brutal”, es quien busca su redención en el poema Prisma de nivelación: “Soñares admiratio son ciudades/ fantasmas que comieron de ciertos/ Selva descarnar en amante muerto/ Infinito de cerrar/ Puertas/ belleza al vacío (…) Deseo de nivelación/ Morir fuego”. Lo mismo en Fiel a Panca Dulce Desnacer: “Cortar, diamante descender, de comer salvación”. La purificación es, lo mismo, para los vastos símbolos espirituales: “Amor no existir por fin de vivir sagrado/ Imperio morir; temer imposible de amor/ Enterrar al viento a corazón de mucha flor/ Muerto de Dios amanecer, remoto testigo// Santa de soledad”. El poeta se arroja, como Empédocles, al “Volcán de la memoria”, para recobrar la raíz del maíz de esa “Panca” poética mencionada, que “Vive en mí, poesía inmortal” (Pachacámac). Allí lo eterno es lo que queda del mundo, los vestigios de un brillo inmortal, el poema: es “Quipu”, nación y noción: “De la mujer en que pirámide discó Virú/ Partir para no llegar a Corazón, desmundo/ Amén de volar… hasta la estrella de Perú”. Esa nueva dimensión habitamos: es un “Paraíso de cartón”, “amarrado de utopía”, es el Hanan Pacha de la cosmogonía andina: “Qué contemplación hermosa puede haber en esto de vivir/ Hijo del no rezado, del no parido/ Tú puedes ser blanco pero yo soy la sombra del ilimitado/ El negativo de rezar/ El negativo de morir/ Soy el Fin, el bello, el imaginado” (Los funerales de Atahualpa). El poeta culmina su viaje “amórfor” por “integrarlo todo”, volver al Adán, al origen, allá/allí/ aquí en la “Cumbre de América” o en “Playa mestizos…”. Es el retorno y es el inicio del verbo, de la forma en que el hombre escribió su historia, su amor y su muerte.

ALGUNAS FOTOS DE LA PRESENTACIÓN DE AMÓRFOR (SOL NEGRO EDITORES) EN EL TEATRO DE CÁMARA

Víctor Coral, Salomón Valderrama y José Pancorvo en la mesa de presentación

Adrián Valderrama Lara

Adrián Valderrama Lara en sostenida improvisación

Víctor Coral, Salomón Valderrama, José Pancorvo y Adrián Valderrama Lara

En el Teatro de Cámara compartiendo vinos: Wilber Moreno, Salomón Valderrama, Paul Guillén, Adrián Valderrama Lara, José Pancorvo, Paco Retamoso y Diego Lazarte

Con las primeras cervezas de la noche en el Superba: Diego Lazarte, Adrián Valderrama Lara, Salomón Valderrama y Paco Retamoso

Fotografías: Archivo Sol negro

lunes, 8 de diciembre de 2008

PRESENTACIÓN DEL POEMARIO AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA EN EL INC DE CHICLAYO

SALOMÓN VALDERRAMA. AMÓRFOR (LIMA: SOL NEGRO EDITORES, 2008. 52 PP.)
VIERNES 12 DE DICIEMBRE – 7:30 P.M.
COMENTARIOS: VÍCTOR CORAL, VÍCTOR RUIZ Y PAUL GUILLÉN
LUGAR: INC DE CHICLAYO (LUIS GONZÁLES 345 – CHICLAYO)
VINO DE HONOR
Fotografía: Víctor Coral

miércoles, 3 de diciembre de 2008

SEGUNDA PRESENTACIÓN DE AMÓRFOR (SOL NEGRO EDITORES) DE SALOMÓN VALDERRAMA

VIERNES 5 DE DICIEMBRE – 5:00 P.M.
COMENTARIOS: VÍCTOR CORAL, JOSÉ PANCORVO Y DAVID ABANTO ARAGÓN
MÚSICA: ADRIÁN VALDERRAMA LARA
LUGAR: CENTRO CULTURAL TEATRO DE CÁMARA - PARQUE ÓVALO BOYAR 315, SAN ISIDRO (ALTURA CUADRA 28 DE LA AVENIDA AREQUIPA - ESPALDA DEL EX CINE ORRANTIA)
VINO DE HONOR.

Sobre el autor:

Salomón Valderrama (La Libertad , Chilia, 1979). Es autor de Facción de imperdido al arte (2005, inédito), Sé escudo (2008, inédito) y Amórfor (Sol negro editores, Lima, 2008). Artículos y poemas suyos han sido publicados en Atril (Salamanca), Galerna (New Jersey), Aquilón (Mexicali, Baja California), Paralelo Sur (Barcelona), Arquitrave (Bogotá. D.C.), Wayra (Uppsala, Suecia), Ciberayllu (Columbia), Letralia (Cagua, Venezuela), LetrasS5 (Santiago de Chile) y otras. Ha sido antologado en Poesía Perú Siglo XXI (Fundación Centro Cultural Yacana, Lima, 2007), en Nueva Poesía Hispanoamericana (Lord Byron ediciones, Madrid, 2008) y en 2+ No Antología No Contemporánea de los Poetas Amigos (Estanoesunaputaeditorial, Lima, 2008). En la actualidad prepara el poemario titulado La Catedral Sumergida y dirige la bitácora Música del futuro frío (http://musicadelfuturofrio.blogspot.com/).

Sobre Amórfor:

“Las formas del amor, las no formas de lo sublime, son búsquedas que se refractan en estos poemas para develar lo sacro de la existencia en tiempos de desacralizada poesía”

Miguel Ildefonso

“Esta ruta barroca marca a la vez un acercamiento y un alejamiento con los poetas ulteriores del neobarroquismo limense”

Rodolfo Ybarra

“La poesía de Salomón Valderrama es un intento por lograr esa purificación de lo ya establecido, una nueva expresión desde los excitantes bastiones de lo clásico que jamás pasa de moda”

Paolo Astorga


Sobre los presentadores:

Víctor Coral (Lima, 1968). Estudió Ciencias Administrativas y Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1998 fundó la revista literaria Ajos & Zafiros. Ha publicado los poemarios Luz de limbo (2001), Cielo estrellado (Santo Oficio, 2004) y Parabellum (Santo Oficio, 2008), y la novela Rito de paso (Norma, 2006). Ha hecho crítica literaria y periodismo cultural en los diarios La República y El Comercio. Ha publicado poemas, artículos y ensayos en Letras Libres, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Hueso Húmero, Periódico de Poesía (UNAM), Quehacer, Letras S5, La Siega, y más.

José Pancorvo (Lima, 1952). Ha publicado Profeta el Cielo (1997), Tratados Omnipresentes – Perfect Windows (2000), Pachak Paqari – Cien Amaneceres (2003) y Estados Unidos Celestes - Aerodinámicas a la Poesis Mystica (2006). Este último lo reafirma como un poeta esencial en la rica y diversa poesía peruana y latinoamericana. Figura en importantes antologías, entre ellas Poetry from around the World, de Kamalesh Sharma, prólogo de Seamus Heaney, Premio Nobel de Literatura. Fue finalista del Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo (Madrid, 1991). El poeta pertenece al Club de Paracaidismo Deportivo Antarquis, afiliado a la Federación Peruana de Aerodeportiva, y a la Academia de Historia Aeronáutica del Perú. Su nuevo libro Amanecidas violentas saldrá próximamente con Sol negro editores.

David Abanto Aragón (Lima, 1968). Ha estudiado Lengua y Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es miembro de planta de editorial “Norma”, y pertenece –desde hace buen tiempo- a la nueva generación de críticos literarios que, con sus generosos aportes teóricos y continuos artículos, debates e intervenciones en conferencias, está dando nuevos aires (junto a una nueva hornada de críticos) al retocado y cambiante (no en lo canónico) panorama literario peruano.

Amórfor (Sol negro editores, 2008) de Salomón Valderrama por Paolo Astorga*

Dentro de la poesía peruana joven actual las vertientes temáticas son cada vez más abundantes, no sólo por la obsesividad de lograr una voz original, sino también por crear un discurso que pueda cumplir con su propia poética. La poesía es la búsqueda de un lenguaje que no solo se quede estancado en su lenguaje, sino que se engarce a otros estilos posibles ya clásicos como lo son el barroco o la poesía que intenta llegar al cuidado de las formas para luego adentrarse a un lenguaje más puro, que linde con lo místico, pero sin dejar de lado una gran cuota de Perú entre sus líneas. La poesía se enfrenta al tiempo y no a través de retrocesos, sino que re-evoluciona en un estado nuevo, un neo-barroco dentro de las expresiones verbales, pero que más allá de esa postura también hay que tener en cuenta el contenido profundo que está íntimamente ligado a un espíritu que trata de lograr su libertad fuera de las formas que lo encauzan hacia un horizonte posmoderno o para ser más exactos contemporáneo.

Este es el caso del joven poeta peruano Salomón Valderrama (La Libertad, Chilia, 1979) con su libro Amórfor (Sol negro editores, 2008) que explora la poesía desde las estructuras formales clásicas como el soneto o las figuras retóricas como el hipérbaton para intentar un discurso que no sólo se enfrasque en una mera exploración, sino en un decir que intente lindar con la belleza desde una ruptura lógica de la sintaxis:

Elevación, maldición que me contempla
Trastocar en frágiles economías:
Masturbar bellezas, pulular poesías...
Latido, deslatido, el que me templa

(Refracción)

Como podemos observar la dialéctica de Valderrama está en su aproximación a un arte poético, pero también a su intervención en el yo poético como un ser que se autodefine bivalente desde la posición e interacción con los objetos, esta característica que se acerca más a poéticas como la de Martín Adán, en Valderrama se tornan recurrentes, pero con un toque muy personal:

Cuando nací morí primero,
Cuando morí viví un segundo.
Primero y no un segundo viví:
Animal, poeta puro.

(Poeta)

El recurrente tema de Eros y Thánatos, es en Valderrama una fuerza insuperable para llegar a la catarsis, pero a su vez son elementos que hacen un arte que destruye la corporalidad para alcanzar una mística de lo sin forma, la intensión está más allá de la poética, la intensión que Salomón propone es aquella que tiene una relación estrecha con lo onírico:

Soñar desaparecer de amor y en todo:
Despierto y no soñando de amor me embarazo,
Delicado en amor de no cierto en tu regazo,
Científico, dador... reaparecer de amor.

(Amórfor)

En suma Salomón con este breve, pero intenso poemario no sólo propone una estructura poética revitalizada, sino también nos propone su lenguaje, sus códices para una posible interpretación y por ende una comunicación efectiva. La poesía de Salomón Valderrama en ésta su ópera prima, es un intento por lograr esa purificación de lo ya establecido, una nueva expresión desde los excitantes bastiones de lo clásico que jamás pasa de moda.

* Tomado de Revista Remolinos. Edición Bimestral, Año III, Número 35. Diciembre - Enero 2008/2009.

martes, 25 de noviembre de 2008

Presentación de AMÓRFOR y registro de performance Nunca salí del horroroso Chile


Presentación de Amórfor de Salomón Valderrama
Comentan: Maurizio Medo, Carlos García Miranda y Paúl Guillén.
Presentación del registro de la performance Nunca salí del horroroso Chile de Elizabeth Neira.
Yacana del Centro. Jirón de la Unión 892. Segundo piso. Viernes 28 de noviembre. 7:30 p.m.
Ingreso liberado.

domingo, 23 de noviembre de 2008

AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA POR CAMILO FERNÁNDEZ COZMAN

Este es el primer libro de Salomón Valderrama (La Libertad, Chilia, 1979) y manifiesta la tendencia a la vuelta al orden en cierto sector de la poesía joven actual. Efectivamente, la lírica peruana, a partir de los años ochenta, ha cambiado de rumbo. Es cierto que actualmente todavía observamos rasgos de la poesía conversacional, deudora de autores como Ezra Pound, T.S. Eliot y los poetas beatniks; sin embargo, autores como José Morales Saravia (Cactáceas y Zancudas) habían evidenciado una tendencia a un código de acentuado cariz neobarroco que no obviaba la tendencia experimental. Dicha línea estilística, con matices distintivos, se desarrolla en Amórfor, libro constituido por treinta y seis poemas, que, en su gran mayoría, son sonetos y donde se observa el influjo de Travesía de extramares de Martín Adán.

El poemario de Valderrama aborda temas como el de la oposición entre el nacimiento y la muerte a través de un paradigma estético, basado en el culto a la paradoja y a la antítesis como estructuras de pensamiento. Asimismo, desarrolla la idea de la dificultad de escribir poesía, como también la noción de la rosa elevada casi a un ícono religioso. En este último aspecto se percibe la huella de Adán, aunque no se trata de una simple imitación, pues Valderrama echa mano de un proyecto creador de naturaleza disímil. Hay en Amórfor una propuesta estética donde se busca un punto intermerdio entre las estructuras métricas clásicas y el hálito vanguardista, basado en la creación de neologismos y en metáforas de cuño experimental que buscan sorprender al lector.

Pienso que es un poemario interesante por la propuesta ciertamente osada que se percibe en los poemas. Podría objetar que, en Amórfor, hay un vocabulario que cruza eventualmente elementos demasiados dispares y donde, a veces de modo innecesario, se juega con los neologismos, cuando estos últimos ya han sido usados excesivamente por los poetas vanguardistas. No obstante, Amórfor revela a un poeta de talento que ha asumido, con rigor, el difícil arte de la poesía. Transcribo las dos primeras estrofas de “Poeta”:

Cuando nací, morí primero,
Cuando morí viví un segundo.
Primero y no un segundo viví:
Animal, poeta puro.

Músico del futuro frío...
Iluminado, inclemente crío.
Pintor, escultor lúgubre de río:
Manumisor de sonido.

AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA POR RODOLFO YBARRA

Amórfor del joven poeta Salomón Valderrama (La Libertad, Chilia, 1979), es, en líneas generales –salvo estricto parecer–, un sonetario (sorprende su uso en la última generación) con versos contados y medidos, 14 versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos en su forma clásica; sin embargo, a veces hay una trastocación a las dos estrofas finales (tercetos híbridos o radiados) o una aparente libre determinación de versos que le va a dar un toque moderno a un estilo que, si bien no es exclusivo, lucha por parecerlo y ubicarse dentro de ese archipiélago de poetas místicos, barrocos y vanguardistas (el autor se reclama seguidor de José Pancorvo en quien encontramos un primer atisbo, si es que leemos “Estados Unidos Celestes”: Poesis más de novia y os fulgor/ Me muera y es al yelmo tu volar/ Tus éxtasis salmón al respirar/ Tu aspaviento y espanta al espesor; así en previo brindis, abre el camino: Tado peasuo bandacedo us hemucedo./ Purqoa ne hoy ciorpa qoa separto tento loz duzcanecido).

Conforme uno va avanzando en la lectura hay un aroma que se va enrareciendo y aclarando a la vez hasta mostrarnos detrás de la estela y omnipresencia de José de Espronceda (el revolucionario de “Sancho Saldaña” y “El Diablo Mundo”) y Francisco de Quevedo y Villegas (quizás el más relevante del conceptismo barroco así como de la onda picaresca) a la “Travesía de Extramares” de Martín Adán. Esta ruta barroca marca a la vez un acercamiento y un alejamiento con los poetas ulteriores del neobarroquismo limense. Valderrama se muestra ortodoxo con intención a la dificultad y al escabroso terreno de la perfección que, como sabemos, en ciertos grupos herméticos es la rosa o la simbología de la rosa, la piedra filosofal, el cáliz dorado, la transmutación de los metales, ese sino (signum) del plomo en oro, y el ejercicio de la perfección mental.

Quizá el punto más alto se logre o se alcance –cuanto más se acaricie– en “Realidades dee laa meente: Corazón azul”, donde el lenguaje otra vez nos trae al maestre Pancorvo: Ma loz ne us onumel dol Ceulo/ Lo bruse vergun us lo hospeda qoa ma elvodu/ o llero/ Emur enstuntos qoa an ul mor mu antourru. El canónigo quilquense dice: Que la Poesie Politic dil Creador prise lo temps/ Al pese numere mesure titanic milenio de azul/ Que Lima también Politic pur al Poesis et edifiz (EUC, hipocampo editores, 2006). No obstante, la temática es recurrente: amor, muerte, desamor, desesperación o el canto al “Unigénito” que en el fondo es el canto a sí mismo -no whithmaniano, sí new age-, el hijo, la prolongación del yo: Crío mío, el dado, malcriado, malherido. / Frontal de la cúspide llorada, de estío/ Imperdido, en la moneda, tesoro mío./ Astillado, imán, como Dios, el preferido. Cuyo final a lo Ricardo Palma (“En la calavera de una pulga se ahoga un cristiano”, “Rebuzno de asno sin pelo no va al cielo”, “En arca del avariento el diablo está de asiento”, etc.) vuelve con un humor hace tiempo olvidado: Y ser Fin, el único, el mismo de repisa, / De vital literatura: Hijo de alambrada./ Hijo de alambrada./ Hijo, el temido, Dios, que no va ni a su misa.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

PRIMERA PRESENTACIÓN DE AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA

VIERNES 28 DE NOVIEMBRE – 7:30 P.M.
COMENTARIOS: MAURIZIO MEDO Y CARLOS GARCÍA MIRANDA
LUGAR: YACANA (JIRÓN DE LA UNIÓN 892, SEGUNDO PISO – LIMA)

Sobre el autor:

Salomón Valderrama
(La Libertad, Chilia, 1979). Es autor de Facción de imperdido al arte (2005, inédito), Sé escudo (2008, inédito) y Amórfor (Sol negro editores, Lima, 2008). Ha trabajado en un camal. Artículos y poemas suyos han sido publicados en Atril (Salamanca), Galerna (New Jersey), Aquilón (Mexicali, Baja California), Paralelo Sur (Barcelona), Arquitrave (Bogotá. D.C.), Wayra (Uppsala, Suecia), Ciberayllu (Columbia), Letralia (Cagua, Venezuela), LetrasS5 (Santiago de Chile) y otras. Ha sido antologado en Poesía Perú Siglo XXI (Fundación Centro Cultural Yacana, Lima, 2007), en Nueva Poesía Hispanoamericana (Lord Byron ediciones, Madrid, 2008) y en 2+ No Antología No Contemporánea de los Poetas Amigos (Estanoesunaputaeditorial, Lima, 2008). En la actualidad prepara el poemario titulado La Catedral Sumergida y dirige la bitácora Música del futuro frío (http://musicadelfuturofrio.blogspot.com/).

Sobre el libro:

“Panca dulce esta nueva poesía de Salomón Valderrama está lista para ser degustada en bares donde no se hable de literatura”.

Róger Santiváñez

“Poesía de corte clásico, atenta a las formas y a la intensidad”

Víctor Coral

“Amórfor del poeta peruano Salomón Valderrama es un canto de ruptura. Estamos ante un poemario sobresaliente, con treinta y seis poemas de sostenido logro expresivo y admirable conexión entre sus tres partes”

David Abanto Aragón

“los sonetos de Valderrama son perversos, autistas, instalados fuera de la razón, violadores en el amor, amorosos en la violación, pedófilos, desquiciados”.

Paul Guillén

“Valderrama (de)construye y renueva el lenguaje desde dos frentes: el culturalismo de Góngora y el aún poco estudiado neobarroso latinoamericano, pero con un tinte polémico, que recorre (y opina) sobre la realidad política y cultural del país a la vez que exalta su identidad nacional”.

Juan Pablo Mejía

Sobre los presentadores:

Maurizio Medo (Lima, 1965). Poeta y crítico. Ha publicado los poemarios: Travesía en la calle del silencio (Lima: Jaime Campodónico editor, 1988); Cábalas (Lima: Jaime Campodónico editor, 1989); En la edad de la memoria (Lima: Jaime Campodónico editor, 1990); Contemplación a través de los espejos (Lima: Jaime Campodónico editor, 1992); Caos de corazones (Lima: Luna azul editores, 1996); Trance (Lima: Jaime Campodónico editor, 1998); Limbo para Sofía (Lima: PUPC, 2004), El hábito elemental (New Cork: Latino Press, 2004), Manicomio (Chile: La calabaza del diablo, 2005 / Segunda edición: Lima: Zignos, 2007) La trovata (Massachussets: Asaltoalcielo, 2006). Junto con Raúl Zurita editó La letra en que nació la pena, Muestra de poesía peruana 1970-2004 (Lima: El Santo oficio, 2004) y con Eduardo Milán la conversación Escribir contra la pobreza: sobre poesía latinoamericana actual (México: 2004). En 1986 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Martín Adán y en el 2004 el Premio de Poesía José María Eguren.

Carlos García Miranda (Lima, 1968). Escritor, editor y docente universitario. Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Ha publicado el libro de relatos Cuarto desnudo (Dedo crítico editores, Lima, 1996) -Ganador de los Juegos Florales Interuniversitarios organizado por la Universidad de San Marcos, 1992-, la novela Las Puertas (finalista en el Premio de Novela Federico Villarreal, 2000). Se dedica a la docencia universitaria en la UNMSM. Actualmente reside en Madrid, donde realiza estudios de doctorado en la Universidad de Salamanca. Es ganador del Concurso Iberoamericano de Cuento sobre Discriminación, su trabajo premiado se titula “Casacas de cuero negro”.

sábado, 15 de noviembre de 2008

MUY PRONTO, NUEVO LIBRO DE ENRIQUE VERÁSTEGUI EN COEDICIÓN DE SOL NEGRO Y CASCAHUESOS


Este nuevo libro que ya se encuentra en imprenta se llama “TEORÍA DE LOS CAMBIOS”, y saldrá entre fines de noviembre y los primeros días de diciembre, en coedición de los sellos editoriales Sol Negro de Lima y Cascahuesos de Arequipa. Aún no hay datos de la cantidad de páginas o el diseño de portada, pero sí, como adelanto del libro, estos dos poemas que a continuación publicamos:

MAITREYA

Me he sentado a esperar la vejez.
No pienso ni hago nada hasta que llegue otra generación
a desempolvar el brío, los libros dorados, las matemáticas,
el cuerpo, el alma, el universo,
todo ese conocimiento sepultado por el rencor,
la gnosis que demuestra que lo infinito
está en lo finito
donde está, realmente, el universo.

Florecí más que nadie
pero perfidia cayó sobre mí,
doblándome como una flor,
herrumbrándome, y fui silenciado.

Maitreya pasó desapercibido como una sombra por la vida,
no dan ganas de llorar?


POESÍA PARA SEÑORITAS

a Vanessa, mi hija científica

Cuando leas poesía
aprende a distinguir lo Verdadero de lo Falso
no todo lo que está bien escrito es Verdadero
y todo lo mal escrito es necesariamente Falso
el Criterio de Verdad es lógica impecable
Falsedad es absurdo más allá de cualquier palabra
así si distingues Verdad de Falsedad
serás una Princesa consorte, comerás uvas frescas
y acertarás cuando leas poesía.

jueves, 6 de noviembre de 2008

TRES POEMARIOS RECIENTES POR VÍCTOR CORAL


Amórfor (Sol negro editores, 2008), de Salomón Valderrama; Airado verbo (Sol negro editores, 2008), de Juan José Soto, y Ombligo de Ángel (Pájaro de fuego, 2008), de José Cabrera. Tres lenguajes distintos y en formación, tres exploraciones diversas en la multiplicidad de lo Real, tres posturas, en algún modo paralelas, en torno a la poesía: perfil bajo, dedicación plena, trabajo con el verso, cierto énfasis en el tono y despreocupación crónica por la respuesta mediática -sea en medios escritos o en blogs- a su trabajo. La poesía goza de buena salud en el Perú. No se dejen engañar.

AIRADO VERBO DE JUAN JOSÉ SOTO: VERSOS METAFÍSICOS POR TOMACINI SINCHE LÓPEZ*

En primer plano Nora Alarcón, Raúl Zurita y Juan José Soto tomando unas cervezas en un bar madrileño

El poemario Airado verbo es la cuarta producción poética del vate Juan José Soto (Lima, 1965) y una de las primeras producciones del joven sello Sol Negro Editores, dirigido por el poeta Paul Guillén. “Poesía es una antorcha/ Enciende palabras/ Ojos inmóviles/ La ansiosa mirada de la muerte”, recita Soto en uno de sus mejores pasajes. Así, Airado verbo confronta al lector y se bate a duelo con la racionalidad, para salir más que airado en esa eterna lucha humanizadora que es la poesía.

*Publicado el domingo 28 de septiembre de 2008 en la Sección "Escaparate" del diario Expreso.

martes, 4 de noviembre de 2008

ARTÍCULO DE DAVID ABANTO SOBRE AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA EN LA PÁGINA CHILENA LETRAS.S5

El Cantar de amor de Salomón
AMÓRFOR, Poesía de Salomón Valderrama. Lima: Sol Negro Editores, julio 2008. 52 páginas.
Por David Antonio Abanto Aragón

Amórfor del poeta peruano Salomón Valderrama (La Libertad, 1979) es un canto de ruptura. Estamos ante un poemario sobresaliente, con treinta y seis poemas de sostenido logro expresivo y admirable conexión entre sus tres partes...

miércoles, 29 de octubre de 2008

AIRADO VERBO POR EDUARDO GONZÁLEZ VIAÑA

Miguel Ildefonso, Juan José Soto, Nora Alarcón, Eduardo Gonzáles Viaña y Manuel González Olaechea, Agregado Cultural del Perú en España

Airado verbo (Sol negro editores, 2008) es poesía temible. La recorre una sensación de caminar descalzo por el infierno. Sombras, presagios, dioses despedazados, entierros, ausencias, todo conduce a una obsesionada confrontación con el sentido de la vida. La buena poesía -y ésta lo es- es siempre fruto de obsesiones. La ilustración de Yulino [Dávila], así como las otras que le he conocido, expresa exactamente lo mismo que el libro. Yulino es un poeta que, al desbordar la palabra, se vale de todo lo que tiene a la mano, la línea, el color, una recia actitud de vida.

Felicitaciones y gracias a los dos…

Pueden visitar El Correo de Salem de Eduardo González Viaña

viernes, 26 de septiembre de 2008

Una lectura de Amórfor: El Cantar de amor de Salomón por David Abanto Aragón

Porque no soy puro de ningún matiz. Ni mochica. Ni chimú. Ni tiahuanacu. Ni azteca. Ni jíbaro puro. Puro. Porque no soy blanco duro porque no soy todo en negro porque no soy Asia sólo porque no soy pero soy beréber y gitano y persa decido que soy el producto de lo que no segrega. Decido que he sido hecho de amor.

Julio Heredia, “Fuente de la canción”. Libro divino del desdén


La consagración temprana de Salomón Valderrama (La Libertad, 1979) como una de las figuras más dotadas de la novísima poesía peruana se dio con su primer poemario Amórfor (Paracaídas Editores, 2007 publicado en un cara y cruz que contaba con el poemario Manchas solares de Diego Lazarte por el otro lado). Rodolfo Ybarra en su momento señaló que este libro era “un adelanto de libro” y la aparición de Amórfor editado por Sol Negro editores lo confirma.

Estamos ante un poemario sobresaliente, con treinta y seis poemas de sostenido logro expresivo y admirable conexión entre sus tres partes. Camilo Fernández Cozman ante el “adelanto de libro” no dudó en hablar de un “poemario interesante por la propuesta ciertamente osada que se percibe en los poemas” y ahora nosotros celebramos la aparición íntegra de Amórfor como el más importante de los testimonios poéticos de un joven del dos mil, ubicándolo en la nómina más selecta de autores precoces de las letras peruanas al lado de Denisse Vega Farfán, Jerónimo Pimentel, Miguel Ángel Sanz Chung, Diego Lazarte, entre otros, pero cuya exploración supera en “intensidad” y —en algunos casos— “altura” poéticas (tomamos prestadas las imágenes vallejianas) a las realizadas por los poetas mencionados.


Una lectura de la tradición: “Donde el soneto es viejo y el amor tierno”

Amórfor es un canto de ruptura. Pero la ruptura se da ante con una forma reciente de hacer poesía que considera que hacer “nueva” poesía es plasmar acrobacias verbales declarativas y ornamentales con temas políticamente correctos y con “rollos” reflexivos de un esquematismo afín a los libros de autoayuda y en muchos casos hasta con rima y metro, pero sin vuelo creador alguno y con resultados que suenan afectados o forzados “deshumanizados” en el sentido de Ortega y Gasset.

Amórfor expresa una sensibilidad raigalmente peruana y, por ello misma en plena globalización, universal con una densidad propia de las obras de arte, las que ganan mucho en la relectura, por su capacidad de sugerir nuevos niveles de significación. Amórfor inicia ya una experimentación a nivel del lenguaje, en el nivel sintáctico y lexical, y hace uso de recursos en la línea de los que en su momento realizaron el Inca Garcilaso, Guaman Poma, Espinosa Medrano, Vallejo, Moro, Martín Adán, Churata, el Arguedas de Katatay y Los Zorros, Ramírez Ruiz, Verástegui, Vladimir Herrera, Domingo de Ramos, José Pancorvo, Alberto Valdivia, Ildefonso (y lo emparentan con Baudelaire, Rimbaud, Pound, Apollinaire, Tzara, Breton, Ginsberg, Bukowski y Walcott). Una búsqueda hacia la tradición pero renovada en asunto y modo (“Vive en mí, poesía inmortal / Desafía el caduco arte de subir...”). Como todo acto poético válido, Amórfor se asume como un desafío por establecer una voz propia que, además de insertarse en una tradición viva, la reelabore y, con esto, la encauce hacia formas expresivas inéditas (“Que lo que soy no te impida hacerte impío”). Bien sabemos que no hay creación sin tradición ni nueva tradición sin nueva creación que la sustente.

Las composiciones de Valderrama, como ha señalado Chrystian Zegarra en la introducción de la selección en línea de poemas: Facción de imperdido al arte, lo sitúan entre los poetas que observan críticamente la tradición “para entablar un diálogo, un ardoroso conato de lucha con las diversas voces —en muchos casos muertas pero en estado de latencia— preexistentes”.

En Amórfor Valderrama “lee” (un modo de profundizar en las obras, más allá de las limitaciones del discurso crítico, gracias a la mayor profundidad que alcanza la sintonía recreativa de la poesía) tradiciones plagadas de personajes e imágenes de un elenco variadísimo de obras literarias, musicales, pictóricas, etcétera.

Nos presenta a un héroe, un sujeto poético, que recrea viajes en busca de sus raíces familiares y, en general, culturales y se regocija en su propia marginalidad, en forjarse ‘la eternidad mediante el exceso’, pero capaz también, poema a poema, de mutar, de sufrir ante nosotros las consecuencias de su propia transgresión.

Soy el Fin, el bello, el imaginado
El llano, el puro, el llorado
Soy la poca fe de los espejos
Pero me verás y seré tu premio
Raza, rasgo inmoral para ser americano
Y despertarás... Corazón oscuro dirás:
¡Qué negativo el de vivir dormido!

(“Los Funerales de Atahualpa”)

Ante búsquedas poéticas que no se encuentran a sí mismas, y cuyas búsquedas mayoritarias están trazadas por una inclinación hacia lo inmediato y trivial, la proeza creadora de Salomón Valderrama se cimenta en la síntesis estética que logra entre lo antiguo y lo moderno en una aventura del lenguaje. Al respecto citemos a Fernández Cozman:

“Hay en Amórfor una propuesta estética donde se busca un punto intermerdio entre las estructuras métricas clásicas y el hálito vanguardista, basado en la creación de neologismos y en metáforas de cuño experimental que buscan sorprender al lector”.

En esa búsqueda la pugna entre captar y no captar las sumas voces, entre abolir y no abolir la existencia terrena para vivir el trance de amor la poesía de la existencia encuentra una formidable cristalización comunicativa en sus sonetos que (al modo de Martín Adán), respetando las exigencias de rima y metro, hacen trastabillar el molde secular llevándolo, en apariencia, al borde de lo inefable, de lo comunicable.

En sus composiciones hay una espléndida plasmación de una búsqueda estética y ética esenciales, una utopía más catártica de la existencia humana análoga a los desbordes hasta el exceso de los sentidos, de la palabra, de la sensualidad y hasta de la identidad en esos instantes iluminadores y anárquicos que nos permiten las fiestas colectivas para librarnos y liberarnos de las penosas fatalidades “Emprendido pitonisar mañana al Humano”. Fatalidades que tienen que ver con la condición humana en general, desgarrada por la muerte y la incertidumbre pero, también, con el padecimiento de un orden social injusto.

El canto doliente pero esperanzado y esperanzador de Amórfor se sitúa en medio de las deshumanizantes ciudades actuales. Su propósito de transformar esa violencia en un factor humanizador supone un programa no solo estético sino político.

Esto, a nuestro juicio, le ha permitido a Valderrama brindar a sus composiciones un aliento heroico con cierta aura mítica ausente en la mayoría de composiciones recientes.


El nombre, el hombre y la búsqueda del amor

Comencemos con la elección del nombre del poemario. El propio título de la obra de Valderrama ya es un acierto mayor: Amórfor. No Amorfor; sino Amórfor. En una línea que nos remite al tema del Amor y cuyas composiciones nos sugieren una búsqueda del Amor en trance de poesía pura, el amor ahora transformado en “amórfor”. Al respecto Paul Guillén ha dicho que «Es interesante reparar en el nombre del libro como un eje significante de la enunciación poética. Lo “amorfo” nos remite a una forma sin forma, pero esta forma que no tiene forma, denominado como lo amorfo, en Valderrama es “amórfor”, no llega a ser lo “amorfo” es lo “amórfor”, en ese sentido es “algo” que es mucho más que lo amorfo y por ello no tiene una forma o no forma conocida ni en el mundo natural ni en el mundo de la ciencia».

Ese algo mencionado por Guillén a nuestro juicio alude al Amor, a la forma del Amor. Una forma ausente y cuya libérrima búsqueda se hace necesaria: “Ante la no luz... de boca me destilo/ Todo prohibir para encontrar y volar...”. La condición humana cautiva de lo temporal, en un tiempo de “no luz”, en una sucesión temporal ajena al amor (“No amar, desaparecer”), como si el tiempo la tomara en prenda para someterla al deterioro y la muerte sin el disfrute pleno del amor, buscando impedir que el ser humano (y, de modo privilegiado, el poeta, su vocero más trascendente) se realice en la dimensión superior para la que está potencialmente capacitado: la eternidad de lo absoluto. Solo el hallazgo del amor nos permitirá la vida plena en libertad: “Amar para vivirlo todo”.

La idea de amor que se va develando en las composiciones está vinculada a la idea plena que abarca los términos eros, philia y ágape. Amórfor es una reacción a la idea del amor constreñida al eros degradado a puro sexo, convertido en mercancía y en la que el hombre mismo se transforma en mercancía. “Imperdido en la moneda, tesoro mío [...] Desdibujado por lo perdido, por pecado”.

Lo positivo y lo negativo se suceden en la existencia, de modo tal que ni la dicha ni la tristeza están claramente separadas entre sí, ni mucho menos resultan perdurables. Lejos de las trampas de la egolatría, Valderrama atribuye el mérito al poder rítmico de las “hospitalarias estrofas” (Carlos Germán Belli) creadas en Europa en los siglos XI-XVI. Vallejo, en el poema XXXVI de Trilce, celebra el potencial de la carencia: el gago Demóstenes (ejercitándose con guijarros dentro de su boca para articular con mayor fuerza y precisión) devino en el máximo orador griego.

El poemario se estructura en una tríada que, a manera de prisma o cúpula, se dirige hacia su culminación, su fin y su sentido. Abierta en una refracción, comienza la búsqueda en once poemas (uno de ellos un cuarteto) en un viaje por la idea del amor, por su separación del poeta. Estamos ante una exploración múltiple o multiplicada que no contemplan los hombres sino el poeta, “Animal, poeta puro”.

La segunda estancia, en doce poemas, intensifica la búsqueda en una especie de ascensión enajenada del poeta a un plano superior de categorías casi divinas: “Viajar... a viajar... desconocer, hoy romper...”

La tercera instancia, en diez poemas, permite comprender la búsqueda en un todo visual-musical en una especie de cantos de múltiples dolores. Cantos en los que “Para no sonar tan nudo del desaparecer” el poeta implora a la Lira ser elegido “en mal sonido” para iniciar “Propio caminar de los amantes del futuro”. Cada parte puede leerse como un poemario autónomo, a la vez que como pieza de un solo poemario concertante.

Todo Amórfor remite al amor y a la necesidad del re-conocimiento del lenguaje y su fuerza para configurar realidades, mundos virtuales, capaces a fin de cuentas de darle un sentido a nuestra historia. La voz poética de los poemas de Amórfor se dirige a sus interlocutores no desde un lugar sino a partir de un espacio al que ha poblado a lo largo de los años y con una férrea disciplina, de interminables palabras “proféticas”, siempre con aguda ironía, pero sobre todo, con una gran sentido del humor, que es sin duda uno de sus rasgos más originales y que permite tolerar la existencia como tal.

“En el poeta o en el farsante casto
Hay un dictador de Océano rostro”
(“Trueque”)


Despera oh Vida en rutícula transtornada
Aviación exhumar en alas religiosas
Cibernética reamar travestidas diosas
Almorzar belleza incomida y desterrada”.
(“Despera oh Vida...”)


“Reinar escándalo, Comedia,
Disipar belleza que transtorna.
Vivir: tocar a la que se transforma.
Constante e irredenta”.
(“Poeta”)

“La suma del mal es el bien...
La resta del bien va en mal...
Hay bien y mal en el camal
De Dios, que perdona también;”
(“Belleza helada”)

Quizá sea conveniente puntualizar, para evitar confusiones, que con el término humor no aludimos a aquello que provoca la risa, la burla, la sátira, sino a un aspecto de lo cómico, del que dice Octavio Paz, convierte en ambiguo todo lo que toca. El humor en Amórfor zahiere el afán de los críticos de imponer un sentido fijo, develado por el análisis: “Decir No... decir Sí... horrible la cosa palmaria”.

Leamos:

“Soñar desaparecer de amor y en todo:
Despierto y no soñando de amor me embarazo,
Delicado en amor de no cierto en tu regazo,
Científico, dador... reaparecer de amor.

Urubamba de flores en los ríos prohibidos...
Derrumbo no visto, enigmático, conciso.
No eres mono en el que me reconozco amor,
Espolón en que danza invierno himero.”

(“Amórfor”)

El baño de irreverencia en Amórfor que oscila entre un aparente anarquismo y nihilismo ante el lenguaje, no es tal. Toda expresión del poemario está empapada por un hálito romántico de idealización amorosa que nutre la poética de sus composiciones.

El poemario de Valderrama nos sumerge en la vida en arrebato febril para iniciar la búsqueda del amor revitalizado en nuestro tiempo. Comprende que las búsquedas auténticas se nutren de las raíces colectivas, en su caso grecolatinas pero también andinas (véanse los poemas: “Fiel A Panca Dulce Desnacer”, “Pachacámac”, “Quipu”, “Torre de la voz…”, “Los Funerales de Atahualpa”, “Rosa América”, “Rímac”, “Compañía América” y “Viti... Viti: Vida es su juego”) en un trabajo con el lenguaje que es minucioso y central, experimental, y por ello, desconcertante, novedoso, protagónico y trascendental.

Da la sensación de un hervor (término que tomamos prestado de El zorro de arriba y el zorro de abajo de Arguedas) por su peculiar escritura, aparentemente oscura, poco discernible, casi indefinible, llena de términos extraños en préstamo de lenguas nativas o giros populares, con menciones a voces latinas, plena de partículas expresivas y nombres de origen no solo andino sino plural, de la más diversa fuente, así como dichos o frases.

Pero, a la par de este desconcierto descubrimos intensas imágenes, fascinantes plasmaciones de sentido y una extraordinaria fuerza que aumenta nuestra absoluta sorpresa ante la obra. En la estirpe de Vallejo, (“¡Ay, César Vallejo...!”), Churata, Arguedas, De Ramos, Pancorvo, Ildefonso, el genio que Valderrama despliega en Amórfor es eminentemente verbal:

¿No hay remedio?...
Su espacio... Retorno será

Nieve en barca curiusidad desquicia
Vidrio social ubidencia ideficar
Cudicia huerto crisoprasa paraíso...
Paisaje inundan
Filusufia impura
(Antes una extrañez y hoy pecado todo)

Valle rosario preciosa nigligencia
Viste murir oro izquierdo
Tinir bailarinas jueces prostitutas...
Sol muerto amatista doctrina
(Su muerte en un baile suma)

Idulatra rojo en balcón azul
Jardín señora serimonia cómplices
Todo nigromante todo cacique todo pariente...
Venales citas
Entención aman
(Deshacen el día venido)

Pistilencia labios miseria desnuda
Jaspe requisas padres envinción
Gintil camino beriló luna...
Pulicia perlas estación transparente
(Su día es otro más solitario)

Puente bahía frutas vieja
Negros bustos posición escriben:
Rosados sirvientes prencipal marrón
Parlamento proeba
Playa mestizos...
(Avanzan y hacen esplendor de su noche)

Hechiceros sacristanes café gloriam
Puno crisolito árboles cochillo
Sais tren claro jacinto...
Topacio vesitar impresión tuvu
(Pequeños pero magos absolutos son)

(“Viti... Viti: Vida es su juego”)

Las palabras rebasan su propio contenido y su especial combinación crea un nuevo lenguaje dentro del lenguaje vivo, al tiempo que lo enriquece y expande con nuevas posibilidades de realización. La peculiar escritura de Amórfor se asume como refugio y espacio cuestionador de la hegemonía socio-cultural, de modo que su propio desempeño busca negar la jerarquía de la dominación, constituyéndose en un mecanismo interno de resistencia y afirmación de una utopía: “Playa mestizos.../ (Avanzan y hacen esplendor de su noche)”.

En sus rasgos aparentemente “defectuosos” nos está diciendo algo. La voz poética evoca un mundo a partir de las formas expresivas de otro. Nos presenta de una manera inequívoca la culminación de una primera etapa del proceso de apropiación por parte de sujetos subordinados del instrumento de dominación esencial desde la invasión hispánica: la escritura.

Al optar por esta peculiar forma de escritura está buscando no solo un refugio frente a la hostilidad que siente a su alrededor; sino, consideramos, una manera de aprehender y crear una realidad nueva: la de una nueva forma del amor por obra de esos sujetos hoy subordinados: “(Pequeños pero magos absolutos son)”. Sin perder de vista su condición, consciente de su propia bastardía (la del avasallado vuelto mestizo, no aculturado; sino transculturado).

La voz poética de las composiciones de Amórfor no canta ideas milenaristas: no va a ver una gran idea que esté por encima de la historia de los hombres, una suerte de río subterráneo que los vaya a liberar. Si ellos se van a liberar es porque han aprendido a amar nuevamente, “reaparecer de amor”.

Lo más asombroso es que los textos que abren y cierran Amórfor instalan la confidencia de una voz poética que, consciente de los limites del idioma y de la penuria espiritual de nuestra época, encuentra la solución albergándose en una búsqueda estética abisal (“Lo animal miaru... / Lo animal bebo...”), una de las más osadas de la poesía peruana de la última década. De ahí que nos atrevamos a sostener que estamos ante el inicial despliegue del proyecto poético más totalizante erigido por poeta alguno del nuevo milenio.

Bono pre-venta libro La Nuez de Gustavo Reátegui Oliva

Gustavo Reátegui Oliva. LA NUEZ. (Lima: Sol negro editores, 2008). "Un experimento lúdico y misterioso con el lenguaje: el espíritu de la vanguardia asumido y revolucionado en 20 poemas / máscaras. La Nuez es un libro objeto de 20 x 20 cm. en una fina edición de lujo y limitada a 333 copias". Informes y pedidos: editorialsolnegro@gmail.com /mochica5@hotmail.com

ADELANTO DE MANHATTAN SONG DE LUIS BENÍTEZ EN ANALECTA LITERARIA DE ARGENTINA

Manhattan Song es el último poemario de Luis Benítez que dentro de muy poco publicará Sol Negro editores de Perú, creada por el también poeta Paul Guillén, de quien publicamos un texto de presentación de estos poemas, junto con un prólogo del autor y el poema "Garbo´s building" que constituye la cuarta de las cinco secciones que componen al último libro de poemas de Benítez. A su vez, el poema "Garbo´s building" está dividido en nueve estancias o pisos de un imaginario edificio poético. Analecta Literaria agradece a su editor, Paul Guillén, la posibilidad de hacer este adelanto del libro en exclusividad.

Si bien Benítez no menciona a Miles Davis, nos pareció apropiado ilustrar su poema con la serie de dibujos denominada "Trípticos de Miles Davis" de Luis Alberto Vittor, realizados en distintos momentos, entre 1982 y 1990, con una impresionante técnica hiperrealista, casi fotográfica, en grafito, tiza, pastel y carbonilla y nunca antes publicados.

Christian G. Binderfeld
Director
Analecta literaria


Manhattan Song de Luis Benítez
Palabras del poeta y editor peruano
Paul Guillén

Un revólver, una pistola, un puente, Dante Alighieri, Gilles de Rais, Áyax, Tiberio, Héctor, cannabis, Benny Goodman, nieve, Erasmo de Rotterdam, Pico de la Mirándola, el Hudson, el Ganges, el underground, la comida japonesa, Mesopotamia, las hipodérmicas, la rutina, el tedio, el cansancio, lo extravagante, lo sobrenatural, lo realista, lo reflexivo, lo pasional, las aguas del río, mujeres, prostitutas, el fin de siglo, son algunos de los elementos que describe Manhattan song, pero hay una palabra que se rehúsa a ser definida, una palabra como caballo, que no trasmite su inmanencia y concordancia: "¿quién obliga a esa bella palabra caballo a referirse a esa sombra plateada?"; de todas estas cosas -posibles e imposibles- nos habla Luis Benítez en su décimo libro de poesía. Heredero de la poesía beatnik norteamericana. Ginsberg, Burroughs y Corso como resonancias espirituales y vitales dentro de su poesía.

Manhattan song se encuentra dividido en cinco secciones: El Hudson, Una tarde en el jurásico, Cinco Contrapuntos para Erasmo de Rotterdam, Garbo´s building y Una borrachera de Pico de la Mirándola. Desde estas cinco vertientes se desarrolla la idea de un discurso posmoderno en contra del amor. "No es ligero ni frívolo decir / Que en nuestro tiempo la muerte es la gordura". La sociedad de consumo erige como máxima teleología la apariencia antes que la esencia. Por ello Luis Benítez nos propone una poesía situada en un hábitat monstruoso: la ciudad como un monstruo neurasténico. New York es la nueva Roma. Una urbe semejante a un laberinto de inmigrantes, imaginarios e idiomas: hispanos, japoneses, italianos, irlandeses, musulmanes, armenios, judíos. Todos viviendo una misma muerte en las fauces de la bestia. Nadie está a salvo. .

(Luis Benítez)

Prólogo del Autor

Escribí estos versos entre 1992 y 1993, cuando vivía en Nueva York, sí, pero como de costumbre, creo que la poesía no tiene temas, o que si los tiene, los emplea como excusa para referirse a otras cosas. Entonces, difícilmente se pueden buscar con ingenuidad en las páginas siguientes referencias a esa ciudad, rasgos anecdóticos o cualquier otra cosa del mismo tenor. El Hudson puede ser el Yang Tzé o el Mapocho o el mismo Río de la Plata. Los nombres propios que aparecen en este libro los inventé o bien, si corresponden a personas que conocí y traté, no se corresponden con sus personalidades. Hay aquí detalles que pertenecen a la realidad y otros que provienen directamente de la imaginación, como en los sueños. Como lo real es siempre inapresable, estimo que al valorar lo que supuestamente conocemos de nuestro entorno, incurrimos en la misma negligencia, que obviamos para no inquietarnos. Cuando hablamos o escribimos sobre lo que creemos conocer, gracias a esa involuntaria estratagema decimos cosas mucho más interesantes.

Por ejemplo que, gracias a la analogía, Homero, Virgilio, Erasmo de Rotterdam o Pico de la Mirándola pueden estar incluidos en el contexto de Manhattan Song.

Sí creo -con la misma ingenuidad, probablemente- que todo poema es un fractal, una pieza anómala que altera el sistema al que corresponde, modificándolo y siendo modificado por todas las otras partes del conjunto, en este caso, un libro. Ello hace posible emplear distintos estilos como si fueran meramente recursos de estilo, para lograr así, con el conjunto, un estilo mayor, algo que, gracias a esta dinámica interna, se modifica continuamente, como lo hace el lector.

Por otra parte, puedo afirmar que apenas retoqué en cuanto a la puntuación y otros detalles menores, la última versión de 1993.

Luis Benítez
Buenos Aires, febrero de 2007

CUARTA SECCIÓN DE MANHATTAN SONG
Ilustrada con dibujos de Luis Alberto Vittor
Serie Trípticos de Miles Davis


Garbo´s building

Suo cimitero da questa parte hanno
con Epicuro tutt´i suoi seguaci,
che l´anima col corpo morta fanno.
………………………………………
Yacen aquí los que creyeron cierto,
con Epicuro y todos sus secuaces,
que el alma muere con el cuerpo muerto.
Dante Alighieri

Tal vez en el Upper West Side
Y no lejos del río de la mente
Está una puerta; en el invierno
Con su pala el viejo aleja la nieve
Y en el verano con lo mismo a los rudos demonios.

Como todos los sirvientes se parecen al amo,
El viejo como el frente fue importado de Italia
Y debajo de su camisa de lana
-En invierno y en verano-
Está hecho de hileras de sólido ladrillo.

El es de Mantua -dice- y el inglés barullero
Se le cae como una piel ya estrecha
Cuando blasfema en dialecto
"Esta caldera inservible"
O "la policía otra vez ha entrado por la drogas de ése".

Fiel portero de antaño,
De los que sólo servían para guardar condenados.

El viejo ha predicho -hace ya treinta años-
Que un día nacerá un niño maravilloso
En el maltrecho edificio.
Hay quien lo sigue esperando.
El viejo me ha dicho:

"Amigo, para ustedes los hispanos
No hay ningún piso especial en esta rota pocilga"
Y lo seguí mansamente a través de los montones de basura
Que nadie ha barrido nunca.
"Esto es inamovible", dijo saltando
Ágilmente sobre una pila de huesos.
Debí rodearla, avergonzado.
"Y también esto": un tipo agonizaba
En un camastro, a la entrada.
Ni la futura viuda ni los confusos adolescentes me miraron.
"Tampoco yo tengo remedio" dijo y llamó el ascensor,
Rascándose la caspa.

"Los conozco a todos y de todo
Tengo la llave. Créame: no sirve
Para nada. Además, ni nos ven.
Olvide sus cuidados. Estos no van a desterrarlo.
Ni usted ni yo les importamos un cuerno."

En la luna rajada del ascensor que bajaba
Había pocas cosas: unas palabras de Husserl
Y una tarde dibujada.
Nosotros ya no estábamos.
Creo también que alguien silbaba:

"Viven aquí los que creyeron cierto,
Con Benny Goodman y todos sus muchachos,
Que un alma nace cuando nace un cuerpo."
No voy a acompañarlo, Siddharta:
Yo nunca hago las cosas dos veces de la misma forma.

Pero no tema a nadie: como usted, así son de efímeros,
Como usted, así son de estúpidos. Como usted son crueles.

No vayas a ensuciarte los pantalones, mi buen Arjuna.
El noveno piso es el pent house y allí vive el peor de todos.
Ten fe en lo único que posiblemente todavía sea cierto:
"Como usted, son efímeros;
Como usted, son estúpidos. Como usted son crueles."

"Hulla-ba-loo, hull-ba-loo,
lullaby, lullaby,
Osiris y Adonis y el otro niño
Juntan por las escaleras
Pedacitos de muerto",
Se fue cantando por los corredores de una nube de polvo,
El gran sombrero erecto y el reloj en la mano.
Por qué no me prestaste entonces tu intrepidez, Alicia,
Cuando necesitaba tanto tu manita pecosa
En la Casa Negra, en la Casa Oscura,
Donde bombea noche y día la Tiniebla.

"Simplemente
Porque todos ustedes
Desde las vidas de papel
Nos parecen idiotas."


Primer Piso: Elianne McGohan

Ella estuvo en Miami
Aquella noche inolvidable
En que Jim Morrison cerró las puertas
Y se subió desnuda al escenario
"The old sacred spirit is alive!"
"The ancient holy ghost is alive!"
Gritaba en brazos de la policía
Y se golpeaba el pecho hermoso y bamboleante
"Santa, santa, santa" aullaba
En vez de "miserere"
El borracho panzón desde el micrófono
Le arrojó aquel beso
Antes de que se la ocultara
La Vía Láctea que había bajado hasta el escenario
Ella hoy tiene su Ph. D.
Y él su Pére Lachaise
Ambos enseñan poco pero bueno
Tres días a la semana
Ella en el salón correctamente iluminado
El en el más oscuro rincón del baño público
Apenas los separa un muro
Y unas pequeñas, eficientes puertas:
Es una suerte para todos
-ella incluida- que conozcan
Tan bien este trabajo
Y tengan tantos años en su oficio


Segundo Piso: Eliot Di Nucci

Nadie estuvo en el pasado
Y ninguno habitará el futuro.
Sólo existe este apartamento,
La ventana que da a Central Park,
El tedio infinito de mis piernas inválidas,
El reloj que indica que dentro de dos horas
Vendrá la enfermera profesional
No sabe todavía lo que dice.
Mi vida no importa:
Una sola cosa late entre estas desiertas paredes
Y hace mucho que no es mi corazón.
En alguna parte, en algún cajón, una Beretta 40
Recuerda que vengué a mis piernas con ella,
Un día improbable, indefinido, de 1964,
Desde esta misma silla de ruedas,
Vaciándole el cargador a Moe "Ametralladora" Carrick,
No lejos de aquí, en una esquina que he olvidado.
Debajo de la pistola un viejo diario amarillento
Da todos los detalles de mi asunto.


Tercer Piso: Fiona Lara Fredericksen

Las tapas de la mitad de las revistas de la Tierra
Ofrecen mi retrato y buena parte de ellas
Se apilan hasta el techo en este piso
Y en esta vida donde sonrío a solas.

Cuarto Piso: Maurice y Miriam Podolski

Las antigüedades no tienen lugar
En nuestro piso, son sólo para vender,
De 8 AM a 8 PM ocupan nuestras vidas
Y luego, al abordar el metro tomados de la mano,
Como lo hacemos desde hace 45 años,
Las olvidamos en el negocio cerrado.
En la casa postales de nuestros hijos,
Venidas de Israel, de Missouri y de Idaho,
De Venezuela, de Salt Lake City y de Baviera,
Desplazan a las lámparas firmadas,
Los camafeos, las espadas y los jarrones.
Todas las noches, después de cenar,
Solos en la sala, contemplamos
Esas cartulinas resquebrajadas,
donde la tinta ya se desdibuja,
donde las palabras se transforman,
como lo hicimos la primera vez,
Cuando todavía alguna de ellas
Era echada por debajo de la puerta.
La vida es algo que siempreHay que cuidar de las polillas.


Quinto Piso: Mohamed, Zacharias, Richard, Aldous "Crazy Horse", Buzzy y, ocasionalmente, algunas chicas sin nombre de la B Avenue


Qué cuidado ponemos a pesar de las tantas veces que alguien se ha dado cuenta & han entrado en este piso los cerdos una vez derribaron la puerta & el asunto hasta salió en los diarios aunque buzzy dice que nadie ya lo recuerda de todos modos ¿qué estoy diciendo? & quién es nadie para saber de nosotros si tienes cautela hombre & si depositas cada mes cien dólares en la corte el desgraciado del dueño no logrará echarte a la calle con todos tus amigos es una ley de 1953 la que nos protege además somos veteranos

Recuerdo que richard que ahora no puede mover el brazo derecho por la heroína era el más alto del grupo & el más loco & el primero que dijo "metamos a la perra en la tina" esa vez que interrogábamos fuera de las reglas en ¿dónde? ¿a quién le importa? Algo sucedió en 1965 éramos tan jóvenes & metimos a la mujer en la tina & trajimos los bidones de napalm & un fósforo éramos tan jóvenes & estaba tan lejos la vergüenza de hanoi

Tiño mis canas como todos los demás, como hace aldous crazy horse aunque ya era calvo al entrar al servicio & le da miedo asomarse al espejo

¿Alguien se enteró? soy un negro desmemoriado pero estos cuatro blancos son todo lo que queda del pelotón & desde entonces estuvimos siempre juntos y no recuerdo si era buzzy o zacharias quien tenía el alquiler del piso ellos tampoco lo recuerdan nadie recuerda nada eso es lo bueno de este país & si tienes tacto amigo nadie te tocará el hombro & dirá ves esta placa & te leerá tus derechos

Son mi familia & regulamos el paso cada viernes sólo cada martes & viernes usamos las hipodérmicas o cuando creemos que es viernes & uno solo de nosotros sale cada tanto a buscar comida tenemos las pensiones & tenemos cuidado al andar por los pasillos o al tomar el ascensor como si el viejo charlie estuviera a las nueve & aquí ya no podemos usar los fusiles de asalto las granadas los morteros aunque cada tanto oímos los helicópteros y nos arrojamos todos cuerpo a tierra por las ráfagas en el gran salón donde no queda ya un solo mueble aunque yo guardo en alguna parte "la browing" ah zacharías que fue a la universidad la llama el poeta lakista dice estupideces dice que "la browing" es la reencarnación de un poeta inglés.

Hace 27 años que nadie se da por enterado de que seguimos aquí y eso es bueno
Traemos putas para fotografiar


Sexto Piso: Frances Gobernor-Coleman

Yo, la única hija de Algernon Gobernor-Coleman,
Que conocí el esplendor de este país
Antes de que llegaran los italianos, los irlandeses
Y los musulmanes, antes de que desembarcaran
Con sus hijos en el vientre los hispanos
Y los armenios y los judíos que huían de los zares,
Duermo mi sueño eterno detrás de una falsa pared
Del baño, inyectada de formol, emparedada
Por mi esposo para quedarse con toda mi fortuna.
Hace casi cien años que me pudro
Discretamente, sin olores ni gusanos,
Sin prisa, en este piso olvidado
Por albaceas, abogados y jueces.
Yo que conocí el suave contacto de la seda
Y la caricia del satén, el mimo de la piel de marta,
El aroma de la menta salvaje en la hacienda de Virginia,
Desde hace un siglo sólo rasco helados ladrillos
Colocados en apresuradas hileras frente a mi nariz
Y luego el sudor del cemento cuando hace calor en Manhattan.
Inmóvil pero todavía de pie,
Separada para siempre de un mundo
Que hicieron los míos
Pero que ya no se me parece.

Séptimo Piso: Leonard Barryman

Vine de Minnesota con mi título y mis libros
A conquistar las universidades del Este,
A imponerme a los deseos del mundo
Demostrando que en un mismo tiempo
Viven Epicuro y Alcestes, Jorge Washington y Lincoln.
Creí que todo era posible en base a una férrea voluntad,
Como me enseñaron la iglesia metodista,
Mis otras lecturas y mi abuelo que era capaz,
A sus ochenta y un años, de doblar una herradura
Con la fuerza de sus dedos vueltos rojos y blancos.
Agonizo en una burocracia que ya tenía otros gustos,
Y mi clase está compuesta por muchachos burlones,
Que no saben ni estiman lo que representó Napoleón.
Cada noche, temo a los drogadictos al bajar del autobús
Y me escurro entre las sombras, una sombra yo mismo,
Creyendo que en mi oscuro centro aún brilla
Algún canon, que soy esa leve luz complacida de sí misma,
Aunque todo demuestre que la nieve la cubrió
Y el calor la derritió. Soy el que soy, repito
Al dejar el ascensor y desde el fondo de la penumbra
Que envuelve los pasillos mi vida entera se ríe
Y me arroja cada palabra que dije como un escupitajo.
Cuando cierro la puerta, esa risa persiste.

Octavo Piso: Fernando Medina y Guimaraes

Vivo en el piso que fue de mis padres:
Lejos quedaron sus sudores y sus pesares.
Podría vivir muy bien en otra parte,
Pero me complace recordar,
Entre estas cosas y muebles conocidos,
Que me elevé de entre los míos
Como un dios en una máquina.
Vivo en el piso que fue de mis padres:
Aquí avarientamente juntaron cada dólar
Para educarme, cuando este era un barrio despreciable
Y ellos la hez del planeta arrojada a esta playa
Todavía con vida como para engendrarme.
Y crecí como un monstruo, como algo notable.
Soy el futuro sin freno y ya nadie podrá pararme.
Vivo en el piso que ya fue de mis padres.


Noveno Piso: Pent house

La puerta, las paredes, el empapelado, las formas. Las cortinas, las alfombras, los ceniceros, las cómodas. Los armarios, las mesas, las sillas, los sillones. Las ventanas, los atardeceres, las madrugadas, las noches, los amaneceres. La cocina, los enseres, los utensilios, los manteles. Los pasillos, las sombras, el aire a encierro, una puerta entreabierta, la humedad, la ceniza. El polvo, las telarañas, los ruidos de la calle. El baño, las goteras, los mosaicos, el espejo, la ducha, las rajaduras, el óxido. Los insectos muertos, la mugre, las colillas, los enchufes. El dormitorio, las sábanas, los libros, las luces apagadas, las almohadas. El televisor, la radio, los cables, las revistas. El salón de estar, el techo, la biblioteca, el par de sillones, la mesa baja, los periódicos, la lámpara de pie, el aparato de aire acondicionado. El balcón, las plantas de tiesto y el vacío.