viernes, 29 de agosto de 2008

PALABRAS DE INVITACIÓN: AIRADO VERBO DE JUAN JOSÉ SOTO


Estimados amigos, el 4 de setiembre en el Centro Cultural CAFAE – SE “José María Arguedas” (Auditorio 3 piso) Av. Arequipa 2985 – San Isidro a las 7:30 p.m. no sólo se presentará mi poemario Airado verbo, sino también el sello Sol negro editores del poeta Paul Guillén. Asimismo, dicho evento será la antesala de mi viaje a Madrid (España) por tiempo indefinido.

Será ocasión de renovar la amistad y el brindis franco con los amigos de ruta. Los espero fraternalmente.

Para ver en detalle la información, hacer clic en la imagen.

PRESENTACIÓN DE AIRADO VERBO DE JUAN JOSÉ SOTO

“Sol Negro Editores” tiene el agrado de invitarle a la presentación del poemario Airado verbo de Juan José Soto:

La presentación estará a cargo de los poetas José Pancorvo, Johnny Barbieri, Rodolfo Ybarra y Víctor Coral.

Modera: Paul Guillén, editor de “Sol negro editores”.

Música: Enrique Ortiz

Día: jueves 4 de setiembre de 2008

Hora: 7: 30 p.m.

Lugar: Centro Cultural CAFAE – SE “José María Arguedas” (Auditorio 3 piso)
Av. Arequipa 2985 –San Isidro
INGRESO LIBRE


Se invita a los amigos de Juan José Soto a compartir este evento-despedida, antesala de su viaje a Madrid (España) el 8 de septiembre.

Sobre el autor:

Juan José Soto
(Lima, 1965) Poeta barranquino, autor de los poemarios Cárcel de mi ojo (1994), Morada Diosa (1997), Palabra sobre los abismos (2005) y Airado verbo (2008). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de San Martín de Porres y ha seguido una Maestría en Periodismo. Dirigió la agenda cultural Itinerario de la palabra (2005-2007). Actualmente administra la bitácora virtual de difusión literaria Surfeando en la Red: http://superavefenix.blogspot.com/


Sobre el libro:

“Juan José Soto nos entrega su airado verbo. Airado: erguido como un impetuoso latido del amanecer. Dispuesto, entonces, a alcanzar aquella palabra que se rebele y revele así la plenitud posible. Que recupere lo digno frente a la indignidad de la febril orilla de osamentas como único paisaje”.

Luis Fernando Chueca

“Pepe Soto siempre se ha caracterizado por una poesía cuasi exclamativa con versos medidos y precisos, nunca pierde la musicalidad y no desentona, ni aún cuando el discurso así lo exija; ya en sus libros anteriores ha mostrado tener oficio, manejo versicular e impronta imaginativa”

Rodolfo Ybarra

“Estos poemas son una lucha por la poesía que respiramos todos los días: imágenes oníricas, actitud órfica frente al lenguaje y el dolor como una iteración constante”.

Paul Guillén

Juan Soto ha dado un paso más en su onda pendular entre la materialidad (las pasiones, los instintos, los cauces históricos veladamente tratados, etc.) y lo metafísico (sus indagaciones, digamos, en lo suprasensorial), y su poesía se ha concentrado en los más finos sonidos de su lira.

Miguel Ildefonso

“toda su poesía está animada por una honda pasión que lo lleva a depurar los detritus de un eclipse como el que lo conmueve, porque su voz está impregnada de la urgente necesidad del amor.”

Oscar Portela (Argentina)


“El tratamiento textual es de notable factura propio de quien domina el idioma y los recursos del arte de poetizar con dominio del discurso soterrado del automatismo controlado”.

Feliciano Mejía

“Creo que Soto comprende y ejerce ya desde esa comprensión su “oficio sombrío”, el axioma quizá fundamental de la poesía occidental: que la poesía no tiene temas, sino que demuestra las capacidades propias del género aquel autor capaz de reunir, en algunos versos, por alusión o elusión, la suma de todos los temas. Ese aleph que brilla en las palabras y que Soto encontró”

Luis Benítez (Argentina)

“La fragilidad del ser, la herrumbrosa vulnerabilidad de los dioses en lejano exilio, el abismo sempiterno tentándote desde las simas del tempestuoso espíritu nómada y reticente a verdades dogmáticas e inconmovibles se enseñorea de no pocas páginas de este memorable poemario”.

Rafael Rattia (Venezuela)

sábado, 23 de agosto de 2008

SOTO DE POEMAS POR RODOLFO YBARRA

Conocí a Juan José Soto a principios de los años noventa, no sé exactamente el lugar, pero podría haber sido en el local de “Mammalia” ubicado en la calle Dintilac en San Miguel, ahí donde Santiago Risso organizaba los primeros recitales que irían nucleando, como abejas alrededor de la flor, a todos los bardos de la recién inaugurada “generación del noventa” (la generación del oprobio y de los zarpazos de un tirano que marcó con hierro candente el rostro poético de los adolescentes de aquella época). O quizás fue en uno de esos recitales en la Universidad Inca Garcilazo de la Vega, o en San Marcos, o quizás en la difunta ANEA del jirón Puno 421, en uno de esos recitales que organizaba –y organiza aún, pero en otro lar- Juan Benavente. Y es que el poeta, profesor y traductor siempre ha estado en todos los lugares donde debía de estar, siempre fue uno de los animadores vitales y locuaz conversador (bohemian writers), es por eso que, de repente, Soto sea en esta coordenada histórica uno de los miembros más silenciosos (sin ser tímido, ni manejar un perfil bajo), y uno de los poetas más sui géneris de mi magullada generación, alejado de los flashes y de la comidilla literaria. No obstante su poética vocifera belleza y no guarda la verdad para sí misma, la entrega a borbotones como una vena cortada con un pico de botella, como un pozo de petróleo recién descubierto aherrojando la materia orgánica guardada en la panza de la tierra miles de años como el conocimiento, el logos, la hybris (en el sentido de confianza en uno mismo, más no desmesura; opuestamente hay una “contracción”, una quintaesencia quimérica y compacta en los poemas de Soto) y que dará luz y energía a lo cotidiano: Muñones de sueños/ Como fragmentos de Historia/ Refleja la voz/ Desangrado silencio/ Colgado en la mirada / Manzana atravesada de espejo/ De impecable muerte/ Voraz en la garganta/ Omnipresente sombra/ Todo terreno/ En la ausencia del ojo/ Espejo de piedra/ Donde asoma largamente/ El poeta sin cabeza/ Piel de ceniza airada/ contumaz/ Ave fénix del verbo.

Pepe Soto siempre se ha caracterizado por una poesía cuasi exclamativa con versos medidos y precisos, nunca pierde la musicalidad y no desentona, ni aún cuando el discurso así lo exija; ya en sus libros anteriores [“Cárcel de mi ojo”, (1994), “Morada Diosa” (1997) y “Palabra sobre los abismos” (2005)] ha mostrado tener oficio, manejo versicular e impronta imaginativa, ni qué decir de su perseverancia puesta a prueba todos estos años, tiempo que ha ido forjando un estilo del versolibrismo con tendencia al enunciado milimétrico y que nos hace recordar al buen Eguren, al de “Simbólicas” y de “La Canción de las figuras”; al César Moro de “La Tortuga Ecuestre”, “Amourt a mòrt; al Eielson de “Mutatis Mutandis”. Se puede apreciar también que hay un elemento extraño cuyo origen –podemos aventurarnos- se pueden rastrear en escritores como Roberto Juarroz y su “Poesía Vertical”, sobre todo cuando el maestro dice en su decimotercera versión: “Desconocer que el río es una espada/ y que las cosas sueñan sueños propios,/ es ignorar que aquí,/ junto a nuestra mirada,/ existe otra: la mirada recóndita del mundo.// Cuando se la descubre,/ la vida se da vuelta como un guante/ que devuelve la mano que encerraba/ y el tacto liberado/ toca por vez primera cuanto existe.// La realidad es un tiempo doblado/ que es preciso desdoblar como una tela/ de singular delicadeza/ para encontrar adentro/ otra mano que aguarda. Como alguien dijo: la buena poesía tiene que tener el olor y la “dimensión” de los grandes, tiene que guardar un eclecticismo que a la vez que lo encumbre a la ataraxia del parnaso y no le deje deudas o facturaciones posteriores. La buena poesía se paga al contado y no a plazos; o emociona, convence y redime a la primera, o simplemente se mimetiza en el proceso histórico literario y pasa a mejor vida en el erebo-parnaso. Pepe Soto sabe de esto y se cuida de caer en los lugares comunes, trata de seguir un camino diferente y logra la trocha no carrozable, no el de la línea recta, sí el de las líneas geodésicas; por ello, cierto surrealismo aromatiza como una menta o un eucalipto cada verso ejercido.

La poesía de este libro, de por sí, reclama la atención de la crítica literaria comprometida con el buen gusto y la creatio, por ello el buen lector, in estricto, el buen lector de poesía tiene en “Airado Verbo” un buen manojo de poemas para olerlos, leerlos, palparlos y dejarlos a la luz de la luna o de las velas (no es ésta acaso la mejor forma de leer poesía) para que el tempus vivendis haga con ellas lo mismo que con el buen vino.

En estos tiempos seculares, tiempos de dinosaurios redivivos y de sicofantes atrabiliarios, es bueno que existan poetas que todavía le cantan al amor, por más que éste se haya perdido o se encuentre secuestrado por los malos modales; poetas que le cantan a la vida por más que todo este inyectado por una ociosidad tanática y estéril, un sarcoma de negatividad; poetas que le cantan a la paz por más que los tambores de la guerra y las marchas belicistas retumben en los oídos y nos empujen al enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Deseo a Pepe Soto (apellido del latin saltus, bosque) que, estos, sus poemas caigan en tierra fecunda y se haga semilla y planta de un tiempo nuevo y por venir, sé que él no es un starsystem y que su búsqueda es sincera y transparente, leyendo sus poemas no habría forma de dudarlo y como dijo Pablo, el arrepentido Saulo, “El Apóstol de los Gentiles” a sus hermanos Corintios, Efesios, colosenses, tesalonicenses: yo también te bendigo.

martes, 19 de agosto de 2008

AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA POR RÓGER SANTIVÁÑEZ*

La aventura neo-barroca del joven poeta peruano Salomón Valderrama brilla por todo lo alto en su breve manojo de poemas titulado Amórfor. Heredero de una tradición cuya cima parece ser Martín Adán, nuestro autor la maneja con osadía y originalidad, ya que no es fácil inmiscuirse en formas clásicas como el soneto, o el cuasi-soneto para el caso que nos ocupa, ya que Valderrama no sólo cumple el mandato de los dos cuartetos & dos tercetos que ordena el canon, sino que –a veces– caprichosamente agrega un verso más a las dos estrofas finales del texto, cuando no se explaya en rimadas secuencias a su gusto particular. El resultado salta a la vista (y a la lectura).

Estamos ante un muy bien configurado universo verbal que despliega sus imágenes en torno a los eternos temas de la poesía. El amor y la muerte. La poesía y el arte y el arte de matarte. La belleza y la rosa, la rosa de la mente. Rosa de teoría –Adán dixit. Dios, Buda y la religión (en el sentido refinado de religare). El sueño y la vigilia y por ahí los ríos profundos de Arguedas, pero que aquí son ríos prohibidos como el majestuoso Urubamba por ejemplo.

Panca dulce esta nueva poesía de Salomón Valderrama está lista para ser degustada en bares donde no se hable de literatura. O como él dice en un terceto: Y mejor, aún, pensar atacar mujer, noche / Disfrutar en las laderas puta, como coche / Cargar ataúd, Cielo, de virgen alumbrada. Porque de acuerdo a lo que ya sabemos desde la época de la tríada fundadora de la poesía moderna –Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé– escribir es como afirma Valderrama masturbar bellezas. Cierto, pero qué belleza!
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* Contratapa de Amórfor de Salomón Valderrama (Lima: Sol negro editores, 2008. 52 pp.)

JUAN SOTO FRENTE A LA ERRANCIA SIN FIN POR ÓSCAR PORTELA

…“garganta del desierto”, cul-de-sac de un desierto que se abre a la nada nadeante. Quien toca este libro está lejos de Valery e incluso de los poetas como Ginsberg o Tate. Toca a un hombre mutilado como estos versos tumultuosos, que huracanados no buscan la armonía de la luz, ni la arquitectura del Partenón: “la humanidad es pavorosa” dice: tal vez en la condición de lo mortal y del mismo lenguaje se halle lo sub-humano y lo pavoroso. Y lo pavoroso para Juan Soto constituye “sin que lo sepa” el hombre mismo.

Mas sin embargo toda su poesía está animada por una honda pasión que lo lleva a depurar los detritus de un eclipse como el que lo conmueve, porque su voz está impregnada de la urgente necesidad del amor.

“Con el número dos nace la pena”, dice el gran Marechal, pero Juan Soto busca el orgasmo cósmico que lo reduce todo al uno: necesidad tal vez nacida del dios que nos sueña, pero que buscamos arduamente a través de la palabra, como él lo hace vigorosamente a través de su poesía.

Fuente: El Universo de Óscar Portela

AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA EN LA PÁGINA CHILENA LETRAS.S5


La página chilena Letras.s5 acaba de publicar la reseña Soledades del barroco: Amórfor de Salomón Valderrama escrita por Paul Guillén. Además, en dicha página se puede acceder a los siguientes enlaces en la sección archivo Salomón Valderrama:

Ensayo: “La función o transformación de los poetas”.

Ensayo: “Extremaunción del Ángel Negro, Enrique Verástegui (Lima, 1950)”, Del libro inédito: La poesía como secreto peruano.

JUAN JOSÉ SOTO EMPRENDE VUELO

Apreciados amigos y colegas,

Esta vez, me toca sentarme en la inquieta mesa del creador, a diferencia de otras tantas veces, en la butaca del espectador o al frente de mi computadora en el sigiloso, pero incesante afán de divulgar y difundir el quehacer de los colegas.

Acaba de salir a la luz pública mi cuarto poemario Airado verbo, bajo el novísimo sello Sol Negro Editores que dirige el poeta y crítico literario Paul Guillén.

La emoción es doble pues no sólo comparto con ustedes lo último de mi creación poética, sino también la despedida momentánea de esta amada y bendita tierra patria. Debo partir a Madrid, España –la segunda semana de septiembre- en busca de la antorcha que enciende mis brazadas.

Para aquellos tenaces y corajudos que lleguen a rozar estas líneas finales, desde ya la invitación a la presentación de Airado verbo con salud y poesía [Nota de Sol negro editores: Airado verbo será presentado a inicios de septiembre de 2008 en la ciudad de Lima -más informes próximamente-, en el mes de octubre será presentado en Madrid-España].

Fraternalmente, Juan José Soto.
Barranco, 17 de agosto de 2008

Enlaces relacionados:
Revista Exquioc
Lily Cuadra

AIRADO VERBO EN OTROS BLOGS

En el blog Amores bizarros que dirige el escritor Max Palacios se reproduce el colofón a Airado verbo precedido de estas palabras: “El poeta Juan José Soto proviene de las canteras poéticas de los 90 y hace algunos años ha publicado el poemario Palabra sobre los abismos (2005). Ahora, Soto nos sorprende gratamente con un nuevo poemario, Airado Verbo, en la novísima editorial Sol Negro”.

En el interesante blog personal del escritor José Antonio Galloso se reproduce el prólogo a Airado verbo escrito por Luis Fernando Chueca.

En el blog Letra suelta cultural que es dirigido por William González Pérez, quien además es director de la revista de poesía Letra Suelta, tiene publicado el libro Jamás tanto cariño doloroso y acaba de publicar sus poemas en uno de los últimos números de la revista La Tortuga Ecuestre ha publicado cuatro poemas de Airado verbo: VIII, X, XI y XIII.

Por último, en la web de la Casa del Poeta Peruano se publica el texto Poesía y revelación de Juan Soto firmado por Miguel Ildefonso.

lunes, 18 de agosto de 2008

AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA, SEGUNDO TÍTULO DE SOL NEGRO EDITORES

SALOMÓN VALDERRAMA
AMÓRFOR
LIMA: SOL NEGRO EDITORES, 2008, 52 pp.


SOLEDADES DEL BARROCO: AMÓRFOR DE SALOMÓN VALDERRAMA POR PAUL GUILLÉN

La inclusión de cuatro epígrafes desde el plano fonético es una de las claves de este libro. Cito el primer epígrafe: “Tado peasuo bandacedo us hemucedo. / Purqoa ne hoy ciorpa qoa separto tento loz duscanecido”. No es circunstancial que así inicie su viaje Amórfor, este fonetismo apunta al lenguaje como eje generador del libro, esta experiencia no tiene punto de continuidad con las vanguardias, sea dadá, letrismo o concretismo, dicho fonetismo se resuelve, en el último poema del libro “Viti… Viti: Vida es su juego”, en el despliegue de un español andino con diversas sonoridades léxicas, semánticas y políticas que nos remiten tanto a una resistencia ideológica como simbólica: “Pistelencia labios miseria desnuda / Jaspe requisas padres envinción / Gintil camino beriló luna….”. En ese sentido, entendemos el neobarroco de Salomón Valderrama (La Libertad, Chilia, 1979) como una forma de preguntarse por las identidad(es) nacional(es) y supranacionales. En conjunción con esta idea, uno de los puntos básicos en que incide el libro es la relación entre conceptos opuestos como nacer / morir (“Poeta”), mal / bien (“Belleza helada”) o belleza / pobreza (“Despera oh Vida…”), de este último poema nos interesa remarcar uno de sus versos: “Buscador del grano de Tomás Moro en la mano”, en una de las páginas de Utopía de Tomás Moro se puede leer: “recuérdese algún año estéril e infecundo en el cual se hayan muerto de hambre muchos miles de hombres. Si se hubieran abierto los graneros de los ricos, habríase hallado en ellos tanto grano que, repartido entre los que perecieron de hambre y de indigencia, nadie habría notado las inclemencias del cielo y de la tierra”, esta apuesta de buscar el grano de Tomás Moro se plantea como una búsqueda por el lenguaje o dentro del lenguaje para expandir sus precarios límites, en esta instancia, Amórfor se nos revela como un libro de alta intensidad política, por ello podemos afirmar siguiendo a Mauricio Beuchot que: “el neobarroco responde a una crisis económica y política de inflación, a pesar de la globalización, la cual deja, de manera semejante, a muchos pobres a su paso”. Sobre la filiación neobarroca de este libro remito al ensayo “El neobarroco: una convergencia en la poesía latinoamericana” del poeta cubano José Kozer, en dicho ensayo se propugna dos líneas de escritura en la poesía latinoamericana: una línea fina y una línea espesa, para el crítico venezolano Guillermo Sucre se trataría de una línea transparente y otra línea de enmascaramiento (Cf. La máscara, la transparencia. Ensayos sobre poesía hispanoamericana). Esta línea espesa, prismática, intrincada, turbulenta, densa, no causal, no progresiva, asimétrica estaría representada por el neobarroco, pero también en obras antecesoras como Trilce de Vallejo, dentro de esta línea neobarroca, Kozer distingue tres modelos básicos: ligeros, medianamente ligeros y pesados. En esta última categoría se inscribe la poesía de Valderrama. Amórfor, en ese sentido, se engarza con las obras del español-mexicano Gerardo Deniz, del peruano Reynaldo Jiménez, del uruguayo Eduardo Espina y del brasileño Wilson Bueno.

Es interesante reparar en el nombre del libro como un eje significante de la enunciación poética. Lo “amorfo” nos remite a una forma sin forma, pero esta forma que no tiene forma, denominado como lo amorfo, en Valderrama es “amórfor”, no llega a ser lo “amorfo” es lo “amórfor”, en ese sentido es “algo” que es mucho más que lo amorfo y por ello no tiene una forma o no forma conocida ni en el mundo natural ni en el mundo de la ciencia. Así es, como este neologismo se instala en el mundo de lo a-natural o contranatural. Esta poesía es un neobarroco particular a la peruana, su tradición más cercana sería Martín Adán, Vallejo y José Pancorvo. Retomando el tema del título sería extraño hablar de este “amórfor” que no tiene forma, instalado en lo a-natural, en conjunción con el empleo del soneto en su forma tradicional: dos cuartetos y dos tercetos; o en su forma inusual: dos cuartetos, dos tercetos y un estrambote o envío compuesto por dos versos finales (“Poeta”), (“Amórfor”), etc. El empleo de la rima y del soneto sólo nos está remarcando que este mundo a-natural o contranatural no es una simple negación de la forma, sino que esta forma sirve como soporte de la idea de artificialidad respecto de este mundo antinatural. En ese sentido, los sonetos de Valderrama son perversos, autistas, instalados fuera de la razón, violadores en el amor, amorosos en la violación, pedófilos, desquiciados. El poeta de Amórfor es conciente del tiempo de violencia, corrupción y muerte que nos ha tocado vivir, de esa manera, postula un sujeto poético ambiguo, ambivalente, raro, no secuencial, no lineal, disperso, fragmentario, en esa apuesta reside, en buena parte, su luminosidad, su pasión y su ira.

lunes, 4 de agosto de 2008

AIRADO VERBO EN BLOGS PERUANOS

Tanto en los blogs Luz de limbo de Víctor Coral como en Música del futuro frío de Salomón Valderrama se ha publicado el prólogo de Airado verbo escrito por Luis Fernando Chueca.

Por su parte en el blog Demoliendo letras se incluye un extracto del prólogo más un comentario: "¿Quién estuvo a cargo de esta edición? Nada más, ni nada menos que Paul Guillén, por supuesto con su Sol Negro Editores. Nuestras sinceras felicitaciones al poeta y al editor, claro."
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En el blog de Lily Cuadra se puede leer el colofón de Airado verbo escrito por Paul Guillén.
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Por último Juan José Soto ha creado el blog Airado verbo donde reúne reseñas e informaciones sobre su libro.

Poesía y Revelación en Juan Soto por Miguel Ildefonso

Los títulos de los libros de poesía de Juan Soto (Lima, 1965) refieren a esa intensidad límite de la que brotaron sus versos: Cárcel de mi ojo (1994), Morada diosa (1997) y Palabra sobre los abismos (2005). En Airado verbo (Sol Negro Editores, 2008) el poeta barranquino prosigue esta ruta, cada vez más próxima, hacia la esencialidad de las cosas, mediante ese choque de elementos (símbolos: cárcel/ ojo, morada/ diosa, palabra/ abismo) del cual surge la llama de su lírica. El verbo en el aire es ahora el que une tiempos, espacios, lenguajes, tradiciones. En todos sus libros el hecho poético de Soto es lo espiritual, como se dice de Baudelaire, “porque la realidad de lo espiritual se manifiesta como una especie de ausencia, permanece en suspenso entre la nada y el ser. Lo espiritual es un ser que tiene objetividad, identidad, pero no es una cosa, nunca está del todo presente y del todo visible” (J.L.Herrera. “Baudelaire, Una Vida Merecida”). “Amigo de calladas noches/ la vida es como tú dices/ aprender a estar vivos/ jugar a la muerte/ y amanecer en las entrañas/ de los deseos no cumplidos/ sostenidos de fes hechas jirones/ y almas huyendo”, decía en Morada diosa. Espiritualidad y trascendencia, y deseo como ausencia, que vemos también en Palabra sobre los abismos: “Busco palabras/ Que sean más que palabras/ Que hablen más que de sí mismas/ Provocadoras como largos silencios/ Proferidos en la oscura mañana de los deseos”.

Entre las diferentes propuestas desarrolladas en la década del noventa (“espacios” como: la cotidianeidad, lo urbano marginal, la meta-poesía, la memoria familiar, etc.) está la de Soto, muy ligada a la poesía del silencio. Parecería insular o la de una rara avis, pero no, dado que podríamos asociarla también -esta orientación hacia lo sublime, trascendental y metafísico- con la poesía de José Pancorvo, o con parte de lo producido por Josemári Recalde o por el Grupo Inmanencia. Hacia el final de dicha década casi todas estas diferentes vertientes desbocaron en una poesía más reflexiva, algunos convirtiendo el lenguaje en sujeto poético, otros buscando una nueva ética, y otros, con una nueva mirada, volviendo hacia los grandes temas.

Airado verbo se divide en tres estancias. En “Multitudinario espejo de sombras” aun el poeta puede cantar la caída, entre ruinas, poco queda en pie en este mundo apocalíptico que sigue desmoronándose, de “despedazados dioses”: “Bosque humano de ausencias/ De brazos que faltan/ De pavoroso borde/ De raudas horas/ Que caen”. Y más adelante, como un Dante ante el Infierno: “He dejado de tener Historia/ Vano inquilino de sueños/ De pesadillas recurrentes/ De nombres cifrados/ De muertes súbitas// Memoria de vasto dolor/ (…) De pérdidas innombrables/ De epitafios en cada lágrima”. El poeta, en medio del airado terror, ha cruzado el umbral y describe el caos que lo rodea: “De ola repentina/ De dolor infatigable/ Del grito desaforado del ojo/ Del quebrado paso de la voz”. Son “fragmentos de Historia”, de su/ nuestra Historia.

En “Airado Verbo” la lumbre poética emerge como un ave fénix, “Poesía es una antorcha/ Enciende palabras”, nos dice el poeta convertido -gracias al anhelo hacia “la mujer que espera”, con ese “precipitado beso”- en el “ileso amante”. La voz poética (profética: “De profecía en los desolados muros”) se dirige ahora hacia un tú, cobra realidad, porque ya no es ausencia el “enardecido verbo”, y porque además “así como para Hegel no todo lo que existe ni mucho menos, es real, por el mero hecho de existir, podemos, a contrario sensu, señalar que no todo lo inexistente es irreal, por el mero hecho de no existir” (J. Sabourín. Mito y realidad en Federico García Lorca). El beso (“el tiempo a dentelladas en un beso/ Ese obsceno ardor al pie del abismo”) es la esperanza “Para acallar a la muerte” “Entre los restos calcinados de la sombra”, en “El breve reino del hombre/ Mientras amantes tiran como chanchos” “Entre olas emputecidas de Tierra y de polvo”. Fragmentos del paraíso esta vez, de una moralidad.

“Galope de Tormentas” es la cercanía y la lejanía con la amada: “De todas las miradas/ De todas las preguntas/ Que estallan y retornan/ Tras tu sombra/ Desbocada, inasible/ Destino hacia la quebrada/ Que mora airada en ti”. Puesto que, como ya se dijo, “la realidad de lo espiritual se manifiesta como una especie de ausencia”. Como el amor, que llena y quita, la poesía desde su esencia, desde la médula, tiene estos vaivenes. El movimiento ondulante, circular, del amor, es el del verbo que ahora ha recobrado -colmado el abismo- su sentido inicial: “tu piel más honda e impenetrable/ Cede ante la grave voz de tus delirios/ Y te extravías en la espesura de infinitos orgasmos/ Avezada flor silvestre/ Irrefrenable efervescencia del instinto/ Colmas abismos/ De deseo y hondura/ De esa humanidad pavorosa/ De grito en llamas/ Ardiendo en mí/ Ola incesante/ En la garganta del desierto/ Bramando sin fin”. He ahí la más preciada revelación de la poesía, la que es capaz de armonizar todo: los opuestos, lo alto y lo bajo, lo bello y lo grotesco, lo fugaz y lo perenne.

Juan Soto ha dado un paso más en su onda pendular entre la materialidad (las pasiones, los instintos, los cauces históricos veladamente tratados, etc.) y lo metafísico (sus indagaciones, digamos, en lo suprasensorial), y su poesía se ha concentrado en los más finos sonidos de su lira.

Portada del Sol, 3 de Agosto de 2008