El poeta nacional, que acaba de publicar el poemario “Teoría de los cambios”, le pide ayuda económica al presidente Alan García.
–“Teoría de los cambios” amalgama poesía, filosofía, ciencia…
Es un libro de madurez que explica una multiplicidad de intereses que se centran en mí. Soy como un hombre del Renacimiento.
Nada de lo humano me es ajeno y obviamente este interés total por el conocimiento se ve reflejado en mi poesía, la cual no es ajena a nada de lo humano.
–¿Este libro se puede considerar como la continuación de su tetralogía “Ética”?
Creo que sí, no sé que dirán los críticos, pero se le puede considerar como un quinto libro de ese conjunto.
–En “Teoría…” se percibe una mayor concreción en cada palabra empleada…
Mi poesía siempre ha sido concreta…
–Me refiero a que usa menos versos, palabras más exactas…
Sí, me explayaba más. Es que en este libro he tenido que darle voz poética al matemático chino Ch’in Chiu-Shao, quien inventó el símbolo cero y revolucionó la poesía, por eso necesitaba encontrar un tono y una claridad diferentes. Mi intención es que las nuevas generaciones de poetas lo conozcan.
–A la vez es una experiencia diferente…
Ha sido una experiencia límite, en la medida en que he empleado una técnica casi zen-budista, si se puede decir así, para crear y escribir.
–¿Cómo es esa técnica?
Ponía mi mente ligeramente en blanco y luego la llenaba con los sonidos inmediatos de la realidad para poder escribir.
–¿Cuánto tiempo le ha tomado terminar el libro?
Se ha ido dando desde el 2005, gracias a la magia de internet, ya que son poemas que se los enviaba diariamente por correo electrónico a la profesora argentina Alba Delia Fede, a quien por cierto está dedicado el poemario y vive en Mar del Plata. No pensaba que serían un libro.
–¿Y cómo llegó a publicarse?
Fue por interés del poeta Paul Guillén, editor de Sol Negro Editores, quien le pidió a Alba Delia mis poemas. Tenía la intención de que ella los archive y se publicaran más adelante junto con los e-mails que nos escribimos, pero al final Paul me convenció y el libro ya está en librerías.
–Me comentaron que estaba mal de salud, que andaba recluido y que es fiel a su verso “Déjenme así extraño y solitario”…
No tanto así. Estoy mejor de salud. He dejado el licor y el cigarro, pero ando usando unos parches para controlar esa adicción. Sólo salgo cuando vienen mis amigos.
–¿Y qué piensa publicar más adelante?
Quiero aprovechar la entrevista para comentarte que he dejado hace meses un libro inédito en la mesa de partes de la Biblioteca Nacional del Perú, enviado a Hugo Neyra para ver si me lo podía publicar, pero hasta ahora no he recibido respuesta suya, ni una llamada ni una carta. Se trata de unas conferencias que di y quisiera que él las publique.
–Aprovecho entonces para preguntarle por su casa en Cañete, ¿ya está reconstruida?
Ese es otro asunto. Mi casa republicana en Cañete tuvo que ser demolida luego del terremoto de hace dos años y hasta ahora el gobierno no ha hecho nada para levantarla. Soy un poeta reconocido, siempre he servido a mi país y no tengo empleo, ni casa. Tengo mi biblioteca personal resguardada por algunos familiares en Cañete, ya que no tengo casa donde ponerla. Quisiera pedirle al presidente Alan García que me apoye y reconstruya mi hogar. Son dos años…
–Finalmente, ¿cómo quisiera que lo recordemos siempre?
Como un hombre apasionado por la producción intelectual.
El dato
Verástegui (Lima, 1950) estudió Economía en la UNMSM. Ha publicado los libros “En los Extramuros del Mundo” (1971), “Monte de goce” (1991), “Apología pro totalidad. Ensayo sobre Stephen Hawking” (2001) y “Teorema de Yu” (2004), entre otros.
Fuente: Expreso
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