
Estamos ante un muy bien configurado universo verbal que despliega sus imágenes en torno a los eternos temas de la poesía. El amor y la muerte. La poesía y el arte y el arte de matarte. La belleza y la rosa, la rosa de la mente. Rosa de teoría –Adán dixit. Dios, Buda y la religión (en el sentido refinado de religare). El sueño y la vigilia y por ahí los ríos profundos de Arguedas, pero que aquí son ríos prohibidos como el majestuoso Urubamba por ejemplo.
Panca dulce esta nueva poesía de Salomón Valderrama está lista para ser degustada en bares donde no se hable de literatura. O como él dice en un terceto: Y mejor, aún, pensar atacar mujer, noche / Disfrutar en las laderas puta, como coche / Cargar ataúd, Cielo, de virgen alumbrada. Porque de acuerdo a lo que ya sabemos desde la época de la tríada fundadora de la poesía moderna –Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé– escribir es como afirma Valderrama masturbar bellezas. Cierto, pero qué belleza!
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* Contratapa de Amórfor de Salomón Valderrama (Lima: Sol negro editores, 2008. 52 pp.)
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